Kaze TachinuKaze Tachinu (2013)
Director: Hayao Miyazaki
Guión: Hayao Miyazaki (novela de Tatsuo Hori)
Producción: Studio Ghibli, Buena Vista Home Entertainment, Hakuhodo DY Media
Música: Joe Hisaishi
Animation, drama

El pequeño Jiro Horikoshi sueña con ser piloto, pero sus problemas de vista le apartan de su ilusión. Sin embargo, un día lee sobre el diseñador de aviones italiano Giovanni Battista Caproni y en un sueño inspirador, éste le anima a que se haga ingeniero como él. “¡Cualquiera puede pilotar un avión!” – le espeta Caproni. Pasan unos años y cuando Jiro va de camino a la Universidad Imperial de Tokyo a estudiar aeronáutica, conoce a Nahoko y su niñera. El Gran Terremoto de Kantō de 1923 les sorprende y se separan sin que puedan intercambiar sus nombres. Años después, en 1927, Jiro ya se ha licenciado y comienza a trabajar con su amigo Kiro Honjo en Mitsubishi para diseñar aviones de guerra.

En su «canto del cisne» al cine, Miyazaki une su amor por la literatura con la conciencia histórica japonesa y deja su testamento a las futuras generaciones. Fue Toshio Suzuki quién le convenció para convertir su manga Kaze Tachinu (2009) en su última película, ya que el director era reticente a dirigir una película de animación al público adulto. Y es que, en su última obra maestra, Hayao Miyazaki mezcla la biografía de dos personas reales de la historia negra de Japón –Jiro Horikoshi y Hori Tatsuo – y le añade un poco de su magia. Pero además, nos deja un testimonio gráfico de finales de la era Taishō (1912-1926) y principios de la era Shōwa (1926-1989): el Gran Terremoto de Kantō, la Gran Depresión, el desempleo, la tuberculosis, el fascismo, etc. Estos años previos a la Segunda Guerra Mundial, Japón se consolida como una gran potencia imperial y se prepara para la guerra y lo hace golpe de presionar al máximo a su población con estructuras laborales deshumanizadas. Pensad que Tokio se destruye en el terremoto de 1923 y cuando Jiro se gradúa en 1927, la ciudad está casi recuperada por completo. De todo esto nos hace partícipes Miyazaki en sus escenas: la terrorífica escena del Terremoto en Tokio cuando conoce a Nahoko, la desesperación de los ciudadanos ante el cierre de los bancos, la emigración de la población del campo a la ciudad para encontrar trabajo.

el viento se levanta

Decíamos que en este doble homenaje, tenemos por un lado la vida del genio Jiro Horikoshi (1903-1982), el ingeniero del Mitsubishi A6M1, más conocido como el Zero, el avión que llevó a la muerte a los famosos kamikaze japoneses. El pequeño Jiro, moldeado a partir del original, comparte la pasión por la aviación del pequeño Miyazaki, de hecho Miyazaki Airplane construía piezas para el Zero. Jiro se mirará en el espejo del gran Caproni, ambos demasiado enfocados en su sueño de construir aviones bellos, dejarán que sus creaciones se conviertan en herramientas del fascismo. «El sueño de la aviación está maldito» le recordará varias veces Caproni, pero su genialidad y su amor por la belleza mantendrá a Jiro ajeno a la realidad de su tiempo. El director nos hace numerosos guiños al respecto, como cuando Jiro y Honjo visitan la fábrica Junkers en Dessau y Jiro comenta que es una pena tener que cambiar los sitios de los pasajeros por bombas o cuando pretende quitar las bombas para aligerar el peso del Zero. El contrapunto a esta ceguera lo pondrá la introducción de dos personajes históricos completamente conscientes de los tiempos que corren y que sirven de premonición. Primero Hugo Junkers, pacifista convencido y de tendencias socialistas y con un sueño equivalente al de Caproni y Jiro. Los nazis le arrebataron de las manos la fábrica de avión Junkers y le mantuvieron en arresto domiciliario hasta su muerte en 1935. Es él quien les dará su lugar a Jiro y Honjo cuando viajn a Dessau para aprender la tecnología de aviación alemanana y exijan haber firmado un trato entre iguales con Alemania. El otro personaje es Hans Castorp, –a quien conoce en un hotel en Karuizawa cuando se retira a meditar sus derrotas y se reencuentra con Nahoko–, una fusión del personaje homónimo de la novela La Montaña Mágica (1924) de Thomas Mann y el espía soviético Richard Sorge. Esta dualidad en su función la hace completamente explícita el personaje de Castorp: Primero cuando le dice a Jiro que la residencia vacacional le recuerda a la novela de Mann, una novela escrita en clave nietzscheana con la creencia de que hay que conocer profundamente la muerte y la enfermedad para llegar a entender la salud y la vida; Y segundo, cuando sus palabras a Jiro le llegan como una sentencia a muerte: “Hacer una guerra en China. Olvidadlo. Crear un gobierno de marioneta en Manchuria. Olvidadlo. Dejar la Liga de Naciones. Olvidadlo. Enemistarse con el mundo. Olvidadlo. Japón saltará por los aires. Alemania también”. Castorp intentará sutilmente compartir su visión de la vida con Jiro para que valore lo importante de la vida y lo animará a acercarse a Nahoko. El aparente periodista alemán, antes de huir de la policía japonesa, cantará para Jiro “Das gibt’s nur einmal” (“sólo ocurre una vez”), evocando la frugalidad de la vida y la importancia del amor. Richard Sorge fue arrestado por la policía japonesa en 1941 y colgado en la prisión de Sugamo en 1944.

El segundo elemento del doble homenaje es el escritor Tatsuo Hori (1904-1953) y su novela corta homónima Kaze Tachinu serializada en la revista socialista Kaizō entre 1936 y 1937. Hori se enmarca en el movimiento de literatura proletaria en Japón que aparece de forma simultanea a la literatura modernista y esteticista de grandes de las letras universales como Tanizaki Jun’ichiro o Kawabata Yasunari. La calidad de la literatura proletaria no tiene parangón con esta literatura burguesa que no cree en la politización del arte, pero es de un gran interés histórico por su descripción de las tensiones y contradicciones de los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Por eso Miyazaki ha querido rendir también un homenaje a este poeta y traductor de poesía francesa, víctima de la precariedad de sus tiempos pero comprometido con la sociedad en la que vivía. La novela de Hori nos sitúa en un hospital para enfermos de tuberculosis en la prefactura de Nagano –donde se encuentra el Hori Tatsuo Memorial Museum y donde el escritor pasó sus últimos años– y narra la evolución de la enfermedad de la protagonista Setsuko. Es una novela intimista y melancólica que refleja la propia lucha del escritor con la tuberculosis de la que pereció en 1953. El título se hace eco del último párrafo del poema de Paul Valéry “Le Cimetière marin”:

Le vent se lève!… Il faut tenter de vivre! / ¡Se alza el viento!…¡Tratemos de vivir!
L’air immense ouvre et referme mon livre, / ¡Cierra y abre mi libo el aire inmenso,
La vague en poudre osea jaillir des rocs! / brota audaz la ola en polvo de las rocas!
Envolez-vous, pages tout éblouies! / ¡Volad páginas todas deslumbradas!
Rompez, vaguez! Rompez d’eaux réjouies! / ¡Olas, romped con vuestra agua gozosa
Ce toit tranquille où picoraient des focs! / calmo techo que foques merodean!

el viento se levanta

La bella Nahoko está configurada a partir de Setsuko y le ofrece a Jiro la oportunidad de vivir de verdad. Su forma de vivir la vida y su muerte por tuberculosis, le harán comprender el significado real de la vida. Es cierto que no es la prototípica heroína miyazakiana, pero curiosamente en los momentos en los que cumple el rol de mujer tradicional japonesa, el director la viste de rosa, y en los momentos en los que Nahoko se decide a abandonar el sanatorio para correr al lado de Jiro y luego decide abandonarle para morir en el sanatorio, Miyazaki le coloca un abrigo azul: su pequeño símbolo para una mujer fuerte y madura. Nahoko no es una heroína pero su existencia ata a Jiro a la realidad de los tiempos y le obligan a conectar con el mundo en el que vive. En este sentido, es un poco como Fio de Porco Rosso (1992) y obligará a Jiro a confrontar su humanidad y a sufrir las consecuencias de sus propias elecciones. Nótese que el Jiro del manga dibujado por Miyazaki tiene una nariz de cerdo, lo que lo emparenta directamente con Marco Pagoto.

No es casual que la película describa la situación de Japón después del Gran Terremoto de Kanto y la Gran Depresión, cuando los esfuerzos titánicos de la población hicieron posible que el país se modernizara en tan sólo unos años, con el esfuerzo económico que supuso. Esta población tuvo que abandonar sus propios valores para poder defender a sus familias, como el propio padre de Hayao Miyazaki, y tuvo que sufrir verdaderas penurias para hacer posible un milagro económico, como la madre de Hayao Miyazaki que también sufrió de tuberculosis. Studio Ghibli ha querido expresar firmemente su “no a la guerra”, ahondando en uno de los episodios más controvertidos de la historia japonesa y su compromiso no es sólo latente en la película sino en el manifiesto publicado en la revista “Neppu” de Ghibli con motivo de la promoción del filme en el que el estudio se sitúa en contra de revisar el artículo 9 (conocido como “la cláusula de la paz”) de la constitución japonesa. Pero al eterno tema de la guerra en Miyazaki, y a la conciencia histórica, se suma también el tema del avance tecnológico y la modernidad. El director nos pregunta directamente cuando Caproni le pregunta a Jiro: «¿Qué prefieres vivir en un mundo con pirámides o sin ellas?». Tal y como indica Napier, el avance tecnológico y estético durante la historia de la humanidad, se ha saldado con miles de vidas humanas y lo que el espectador debe preguntarse es si ha merecido la pena sacrificarlas (NAPIER, 2014).

La última película de Miyazaki ha generado muchísima controversia, tanto por lo espinoso del tema, como por la manera contradictoria de tratarlo. El punto es que la contradicción forma parte de la historia y el carácter japonés, y Miyazaki lo expresa muy bien cuando viste a los ingenieros de Mitsubishi con ropa occidental y sin embargo sus casa son tradicionales, o cuando nadie quiere usar la mesa de Jiro porque es de importación. Yo estuve en la premiére en el Festival de Sitges y recuerdo a mucha gente marchándose del cine. Supongo que esperaban una trama mucho menos arriesgada y una heroína fuerte y victoriosa. Sin embargo, para su última obra Miyazaki ha pedido a sus seguidores un esfuerzo extra y es cierto que sin conocer el contexto político actual y un poco la historia japonesa es difícil perderse y llegar a comprender o disfrutar de lo magnífico de la obra. Pero para mí, Miyazaki seguirá siendo siempre el más grande, y Kaze Tachinu una obra maestra, la mires como la mires.

Bibliografía

CAVALLARO, Dani. The Late Works of Hayao Miyazaki, A Critical Study, 2004-2013. North Carolina: McFarland, 2014.
NAPIER, Susan. “The Technology of Nostalgia, Grief and Pride: Miyazaki’s The Wind Rises”. En: Mechademia, 21 de octubre de 2014 [en línea]. < http://mechademia.org/reviews/susan-j-napier-review-of-the-wind-rises-kaze-tachinu-by-miyazaki-hayao-10212014/>

Kaze Tachinu

Redacción: Sabrina Vaquerizo (@svaquerizo)

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