THE KILLING MACHINE

Que la figura de Bruce Lee transcendió países y fronteras, es algo que no se le escapa a nadie y, menos que a nadie, a los avispados productores que poblaban el mundo por aquellos tiempos… Pero no sólo los hongkoneses se dedicaron a clonar a nuestro pobre héroe, si no que más allá se le buscaban sustitutos y competidores capaces de generar el mismo tirón en taquilla… Japón, país propicio para esa búsqueda también intento encontrar su “réplica”, en este caso en la figura de Sonny Chiba, que seguramente se podía prestar a todo pero ahí no acaba de encajar. Con todo, es indudable, que si alguien tuvo el estatus de Bruce Lee, pero en Japón, éste fue Sinichi.

Entre toda su producción, hemos escogido esta película no porque se parezca a nada de lo que hemos visto al Dragón, sino más bien por ofrecer otro aspecto de Chiba tras The executioners, aquella locura que pudimos ver en el ciclo de Ishii. Aquí lo tenemos en un papel mucho más comedido y contundente de una forma menos fantasiosa, intentando difundir el mundo de las artes marciales para recuperar el orgullo japonés tras la guerra (y bueno, aquí si que podemos ver de nuevo un tema querido a los dos actores), todo en una ambiente miserable en el que no faltan los excesos pero seguramente por una causa justa (no hay que olvidar que su director de Norifumi Suzuki, uno de los más alocados del panorama nipón) y en definitiva todo completa un conjunto puesto a disposición de Chiba para que nos demuestre una vez más, que como su homólogo hongkonés, no se anda con tonterías.

THE KILLING MACHINE
(Shorinji Kenpo)
Norifumi Suzuki, 1975
Japón, 87 min. Artes marciales
Con Sonny Chiba, Yukata Nakajima,
Asao Koike, Kei Sato

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