Heinosuke Gosho nació en Tokio el 1 de febrero de 1902, de una madre geisha de reconocida belleza. Su padre era un acomodado comerciante de tabaco que rechazó casarse con ella, y de este modo Gosho pasó los primeros años de su vida en el viejo distrito shitamachi del centro de Tokio, una zona que más tarde retrató en sus películas. Sin embargo, cuando tenía cinco años, el hijo legítimo de su padre murió, y Gosho pasó a convertirse en su heredero y, a partir de entonces, vivió una acomodada infancia. Estaba preparado para tomar el mando en los negocios familiares de su padre y abuelo, aunque nunca se le permitió llamar “madre” de nuevo a su madre biológica. Mientras tanto, ella y el resto de sus hermanos vivían en la privación. “En resumen, lo que Gosho no pudo evitar, si no apreciar”, escribió Arthur Nolletti Jr. en un ensayo sobre el director, “fueron las contradicciones de la vida, y el hecho de que nada era blanco o negro… Es este conocimiento, este infalible sentido de las injusticias de la vida, las contradicciones y complejidades, lo que reside en el corazón de las películas de Gosho, otorgándoles un carácter sociable y generosidad de espíritu”.

Gosho comenzó su carrera en 1925 como discípulo de Yasujiro Shimazu en los estudios Shochiku. Su primer trabajo fue Nanto no haru (Spring of Southern Island), para la que también escribió el guión. No obstante, este triunfo se vio estropeado por una tragedia personal: a su amado hermano pequeño le diagnosticaron la polio y perdió el uso de una pierna. Gosho creció abatido. “Durante varios años perdí mi camino, y mi vida personal comenzó a desbaratarse”. Admitió incluso un intento de suicidio, pero “como todos mis esfuerzos durante esta época, fracasé”.(1) El joven Gosho demostró inmediatamente su habilidad en el género de “shomin-geki”, historias de la vida de la gente ordinaria, característica en la obra de su mentor en el estudio. Las primeras películas de Gosho fueron calificadas de “defectuosas” porque con frecuencia involucraban a personajes física o mentalmente disminuidos (Mura no hanayome, The Village Bride, 1928).(2) No obstante, la intención de Gosho fue la de ilustrar una especie de calidez y sincera relación nacida en el patetismo. Hoy estas películas son muy estimadas por su crítica del feudalismo de la vida rural. Sin embargo, a Gosho le afectó esta temprana crítica y realizó sus siguientes películas sobre otros temas. Esto le condujo a una gran depresión creativa, aunque continuó haciendo de cinco a seis películas al año.

La primera película en atraer la atención fue Sabishiki ranbomono (Lonely Hoodlum, 1927), una agridulce descripción de la vida de la gente común, el tema característico de Gosho. En 1931 Shochiku le dio la oportunidad de realizar la primera película japonesa “hablada” (ya que muchos directores establecidos la habían rechazado). La película, Madamu to nyobo (The Neighbor’s Wife and Mine) fue recibida apasionadamente tanto por los espectadores como por la crítica. Es una ligera e inteligente comedia que, efectivamente, emplea sonidos ambientales como el llanto de un bebé, la alarma de un reloj, la voz de un vendedor callejero, la música de jazz de un vecino. Debido a que todo el sonido tenía que estar sincronizado, Gosho exploró muchos recursos técnicos, y usó múltiples cámaras, distintas lentes y frecuentes cortes para producir un auténtico resultado “fílmico”.

Gosho prefería muchos cortes y primeros planos, una práctica que relacionaba con su cuidadoso estudio de Lubitsch (3) en su juventud. La técnica de Gosho de creación de atmósfera poética con el montaje tiene más éxito en Koi no hana saku Izu no odoriko (The Dancing Girl of Izu), en la que intencionadamente escogió la película muda tras realizar varias películas sonoras exitosas.

Incluso tras el éxito de estas películas, Gosho tuvo que aceptar muchos proyectos que no quería hacer. Posteriormente reflejó que sólo estaban bien hechas aquellas películas que realmente quiso hacer. Por ejemplo, encontró el tema de Ikitoshi ikerumono (The living, 1934) (4) muy atractivo –su protagonista trata de protestar contra la injusticia social, pero es incapaz de continuar su lucha hasta el final.

En 1941 Japón se vio completamente arrastrada a la Segunda Guerra Mundial, y a Gosho le ofrecieron el mismo año un puesto en otro prestigioso estudio, Daiei. Sin embargo, la época de guerra fue también la del nuevo mandato del gobierno para la industria del cine, decretando la “política nacional” de tramas que no degradasen o redujeran la cultura y sociedad japonesas. Gosho encontró casi imposible trabajar dentro de semejantes limitaciones y sólo hizo cuatro películas entre 1940 y 1945. Ayudó a pasar a una nueva era del cine japonés con la muy considerada Ima hitotabi no (One More Time, 1947), una historia de amor situada antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial.

Se ha creído que Gosho está en su mejor elemento describiendo el lado humano de la vida en su nativa Tokio: Oboro yo no onna (Woman of the Mist), Hanakago no uta (Song of the Flower Basket, 1937), Entotsu no mieru basho (Where Chimneys Are Seen, 1953) y Takekurabe (Growing Up, 1955). Sin embargo, el director también trabajó en muchos otros géneros, incluyendo melodrama romántico, drama familiar, comedia ligera y drama social. Extendió más su gama en películas como Aijo no keifu (An elegy / Elegy of the North, 1961), una historia de amor contemporánea, y Osorezan no onna (A Woman of Osore-zan, 1965), que es inusual por su desconocido tono oscuro y su excentricidad. Su espíritu experimental está ilustrado por su historia del tratamiento de un niño trastornado con el color-terapia visual orientada en Kiiroi karasu (Yellow Crow, 1957). A lo largo de su carrera, Gosho expresó su creencia básica en los valores humanos. El retrato cálido, sutil y sentimental de gente agradable es característico de las mejores obras de Gosho en las producciones de estudio y en sus propias películas independientes. En 1951 fundó su propia productora, Studio 8 Productions, y fue el más feliz realizando sus propias obras, libre de los dictados del estudio.

Durante varios años Gosho sirvió como Presidente de la Asociación Japonesa de Directores de Cine, retirándose del puesto en 1975. Once de sus películas ganaron los honores de “Película del Año” de Kinema Jumpo , la principal revista de cine japonesa. Su obra final fue Meiji haruaki (Seasons of Meiji, 1968), una obra de marionetas filmada. Murió el 1 de mayo de 1981, a los 79 años, en Shizuoka, Japón.

(1) Declaraciones de Gosho recogidas en The Japanese Film de Joseph Anderson y Donald Richie.
(2) Película desaparecida. Colocada en el nº 6 en la lista de las Diez Mejores de ese año por la revista Kinema Jumpo . Considerada la mejor obra de Gosho en esa época, esta película fue en parte inspirada por la enfermedad de su hermano menor.
(3) Parece que de Lubitsch vio unas 20 veces The Marriage Circle, (Los peligros del flirt, 1924).
(4) Película desaparecida. Citada por la revista Kinema Jumpo en el nº 3 en la lista de las Diez Mejores del año.

Nota: Estas notas biográficas fueron redactadas por Mario Vitale y publicadas en una retrospectiva de MieMie sobre el director para Allzine.

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