Un nuevo día y una nueva sesión de cine Bollywood, y esta vez en una sesión doble que resultaría ser una de las mejores del festival. La primera película era ya una conocida de cualquier aficionado al cine negro indio, y no es ni más ni menos que Company, uno de los grandes éxitos del maestro Ram Gopal Varma.

Este director de nacido en la zona de Andhra Pradesh y que comenzó su carrera en la industria del cine Telugu supo recoger sus gustos e inquietudes y revitalizar ciertos géneros, principalmente el terror y las cintas de características criminales, que allá por mediados de los 90 estaban en baja forma dentro de la industria local. En un momento donde el cine ofrecía principalmente cintas de acción y glamurosas historias de amor, Ram Gopal Varma ofreció películas profundas y realistas. Conocido por prescindir de los números musicales tan característicos del cine de Bollywood, su cine trata principalmente de lo contemporáneo y lo urbano, generalmente centrado en la ciudad de Mumbai. Uno de los grandes precursores, sino creadores, del conocido como “Mumbai Noir”, Varma supo traer la profundidad psicológica y el virtuosismo cinematográfico a las películas indias de género.

Pero volvamos a la película, en Company nos encontramos en primera instancia con Mallik, la mano derecha del mafioso Aslam Ali. A pesar de los recelosos de los miembros más antiguos de la banda, Aslam le da una posición de privilegio por su talento para expandir los negocios. Su inteligencia propicia un crecimiento que hace necesaria la entrada de nuevos miembros. De esto modo, Mallik contrata a Chandu, un delincuente del tres al cuarto temperamental y arrogante, que cumplirá sus órdenes con celo e iniciativa. Tras una serie de malentendidos con Aslam, Mallik destituye al jefe de la organización con la ayuda de su nuevo hombre de confianza. La pareja legitima y amplia el negocio, ahora bautizado por la prensa como la “Compañía”.

Este guión, escrito por Jaideep Sahni, no es algo totalmente ficticio ya que se basa en un conocido caso real de mafia organizada conocido como la D-Company. Con la cabeza visible de Duwad Ibrahim la D-Company, con sede en Dubay pero “sucursales” en Karachi, Bombay, Katmandú y otros lugares, extiende sus tentáculos por todo tipo de negocios que puedan producir beneficios, sean legales o ilegales. También llegan a Bollywood y por ejemplo el productor Bharat Shah ha sido relacionado reiteradamente con ella. Esto también toca a Varma, ya que Shah ha producido al director en algunos trabajos como “Jungle”, lo cual no quiere decir que al director se le relacione con estos casos, pero al fin y al cabo son unos hechos que hacen que decidirse a representar cinematográficamente estas actividades sea cuanto menos una iniciativa interesante.

La cinta intenta plasmar ese control que un puñado de hombres pueden llevar sobre la vida entera de un país incluso estando a miles de kilómetros del mismo. Nos hace ver también como el miedo es un arma más efectiva que la propia muerte y como los tentáculos del hampa pueden llegar a todos los estratos de la sociedad, denunciando así también la corrupción en muchos de los estratos tanto políticos como culturales o policiales. Una película intensa y cruda.

Los protagonistas de la misma son otro punto a destacar, ya que esta vez si Ajay Devgan nos ofrece un gran papel representando al Duwad Ibrahim ficcionado, alguien frío y calculador que es capaz de hacer lo que sea por el negocio. A su lado, y a la vez enfrente suya, esta el novato por aquel entonces y hoy gran estrella cinematográfica india Vivek Oberoi, que encarna a Chandu, un matón temperamental y agresivo que hará todo lo que sea para prosperar en la vida, con un carácter totalmente contrario al de su jefe. Este duelo interpretativo llevará al enfrentamiento cinematográfico de los personajes y nos dejara grandes momentos, si bien Devgan sigue con sus típica falta de gestos, cosa que por otra parte no le viene mal al personaje. También la interpretación de Manisha Koirala como Saroja fue premiada por la crítica en los Filmfare Awards.

El estilo de Varma se refleja claramente en la película y nos hace entender, al menos a mi, porque es un maestro del thriller y el policial indio. Planos a contraluz, planos cercanos que nos dejan intuir aunque no ver las sensaciones de los personajes, cámara en mano, panorámicas de Mumbai… todo ello aderezado con un sonido (del que no voy a opinar en profundidad ya que el port digital que pudimos ver en el festival no era muy bueno y estaba cargado de ruido estático) contundente y unas canciones directas y en cierto punto agresivas para realzar las sensaciones. El score es quizás lo más flojo, ya que a veces la música hace cosas raras, entra a destiempo o se sobrepone.

Y así llegamos al gran estreno de esta retrospectiva, No One Killed Jessica del joven director Raj Kumar Gupta, quien ya nos sorprendiera con su intenso thriller Aamir y con el que pudimos conversar, y con mucho gusto, durante el festival.

La historia nos traslada un caso real de asesinato acaecido en 1999 en India. Jessica es una aspirante a modelo que está trabajando en una fiesta como camarera. Una vez que la barra ha cerrado, tres individuos se acercan para pedir una copa más. Ante la constante negativa de la joven a servirla, uno de ellos le dispara en la cabeza –herida que provoca su muerte. Una escena del crimen que cuenta con trescientas personas que ven huir al asesino y en la que tres de ellos son testigos presenciales hace pensar que el caso será fácil y simple. Con todo, las influencias de los implicados, hijos de políticos prominentes, harán que el juicio sea favorable al asesino. Sólo la persistencia de la hermana de Jessica, Sabrina, y de una periodista hará peligrar un salvoconducto pagado a fuerza de sobornos y amenazas.

La película comienza con un aviso diciendo claramente que es una obra de ficción y que no pretende ser un biopic en torno a la familia Lall o el caso en particular, pero el hecho es que documentandose un poquito vemos como Gupta ha trasladado toda la esencia a la gran pantalla de una manera fiel y directa. Hablando con él nos comentaba que había estado pasando algún tiempo con Sabrina y que había investigado mucho sobre el tema antes de afrontar el proyecto. No olvidemos que Gupta también es el guionista de la misma.

El caso de Jessica puso en relevancia los fallos del sistema judicial indio y la corrupción existente entre la clase política y judicial. Resuelto en 2006, 7 años después del asesinato, creo un movimiento de protesta en India pocas veces visto que obligo a reabrir el caso por la vía rápida, ante las evidentes mentiras y manipulación, cosa que muy pocas veces había sucedido en el país. Si bien todo esto hace que tanto el guión como el resultado final de la película sea un poco de consumo interno, ya que llegará mucho más fácilmente a todos aquellos que lo vivieron más de cerca. Aún así la injusticia y corrupción es por desgracia un tema universal.

El peso de la película recae básicamente en 2 actrices. La primera de ellas es Vidya Balan encarnando a Sabrina, la hermana de Jessica. Este personaje, trasladado directamente desde el mundo real a la gran pantalla, representa en un primera instancia la tenacidad en la búsqueda de la justicia para con su hermana para pasar a la desesperación en la lucha contra un sistema en que quiere confiar pero en el que no puede depositar sus esperanzas al estar manchado por dentro. Junto a ella esta la siempre infalible Rani Mukerji interpretando a una periodista que no existe en el caso real, pero que según Gupta encarna a la prensa india que lucho por reabrir el caso y hacer justicia de una manera apasionada y contundente. Ambas actrices hacen un buen papel en sus respectivos cometidos, si bien me ha gustado mucho Vidya a pesar de su relativa inexpresividad (peor no más que Ajay Devgan en la mitad de sus películas jajaja).

En el apartado técnico destaca la música, un elemento importante para el director como él mismo nos reconocería, llena de elementos alternativos, rock, pop electrónico… adentrándose un poco en al escena indie. Mención especial a la canción de los créditos iniciales Delhi, canción que pretende presentarnos una ciudad con una idiosincrasia especial, porque al fin y al cabo “todo el mundo es alguien en Delhi”.

No me extenderé mucho más con esta película ya que pudimos hacerle una extensa entrevista al director que publicaremos en próximas fechas, allí podréis entender un poco más el cine de Raj Kumar Gupta y obtener algunas claves de como es su cine.

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