Teruo Ishii nació el 1 de enero de 1924 en Tokyo, Japón. Joven rebelde e inconformista como pocos dejo la universidad cuando consiguió un trabajo de asistente de cámara para la Toho, donde tenía la oportunidad de trabajar con Mikio Naruse en producciones como “Ginza gesho” (1951) y “Okaasan” (1952), al que aun hoy nombra como uno de sus grandes mentores. Empezaría a trabajar para la recién creada ShinToho como asistente de director y sería en 1957 cuando dirigiera su primera película “Ring no oja: Eiko no sekai”.

Entre 1957 y 1961 dirigió la serie de películas de “Super Giant”, el superman japones, que ya dejaría entrever ciertas notas del cine de Ishii. Además desde 1958 dirigiría una saga de thrillers detectivescos relacionadas con la mafia conocida como la saga “Chitai” (“frontera”, “límite”), traducida al ingles como saga “Line”, cuya primera entrega sería “Shirosen himitsu chitai” y a la que seguirían “Yellow Line” (1960), “Black Line” (1960), “Sexy Line” (1961), “Fire Line” (1961) y “Nippon zero chitai: Yoru wo nerae” (1966).

En 1961 se trasladaría a trabajar para la productora Toei y allí empezaría a dar rienda suelta al que posteriormente seria un sello propio de la casa. Dirigirá entonces varias películas, entre ellas varias de las saga “Gyangu” en donde comenzaría a trabajar con el actor Ken Takakura. En 1965 comenzaría una de las grandes sagas del director, y del cine japones en general, “Abashiri Prison”. En ella descubriría el talento de Ken Takakura a las masas y lo encumbraría hasta lo mas alto. Hasta 1968 Ishii dirigirá las 9 primeras entregas de la saga, de un total de 17 que se han realizado hasta la fecha.

A finales ya de los 60 Ishii se lanza de lleno al “Ero-Guro” (erótico grotesco), como en “The Joy of Torture” (1968), “Hell’s Tattooers” (1969), “Orgies of Edo” (1969), “Female Yakuza Tale: Inquisition and Torture” (1973) o “Kyofu kikei ningen” (1969), este último basado en la obra del escritor de terror grotesco Rampo Edogawa, del que se declara fan incondicional y que usaría en otras producciones. A mediados de los 70 dirigiría la cinta “The Executioners” con el gran Sonny Chiba en uno de los papeles protagonistas, dirigiendo también la secuela ese mismo año. También comenzaría una serie de películas dedicadas a los “bosokuzu” (pandillas de motoristas).

Desde finales de los 70 Ishii interrumpiría su carrera como director, debido al declive de la industria nipona, la que retomaría en 1991 con la cinta “The Hit Man”. Poco después fundara su propia productora, Ishii Productions, con la que llegaría a producir 3 cintas en los siguientes años; La primera de ellas es la adaptación del manga vanguardista de Yoshiharu Tsuge, “Nejishiki” (1998). Las 2 restantes son “Jigoku” (1999) y “Blind Beast vs. Dwarf” (2001), sendas referencias a la obra de Rampo Edowaga.

Ishii siempre a dejado ver en sus cintas su gusto por el tono documental, el empleo de la voz en off, escenas de corte muy cabaretero, un fuerte erotismo (incluyendo el homosexual) y un aire entre grotesco y lúdico, con algunas cintas entre salvajes, dementes y surrealistas. Un estilo propio difícil de igualar.

Teruo Ishii muere de un cáncer en Agosto de 2005, a los 81 años de edad.

 

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