Pasamos ya el ecuador de nuestro paso por el Festival Nits de Cinema Oriental adentrándonos en nuestro cuarto día en Vic. Una vez la primera sesión de la mañana era la infantil, y una vez más no acudimos a ver la película, aunque en este caso no era una película sino los primeros capítulos de la serie de animación de Goro Miyazaki, hijo de Hayao Miyazaki y la primera serie producida por el estudio Ghibli, Ronja La hija del Bandolero. Todo lo que salga del estudio Ghibli tiene, a priori, un interés especial, pero hacer una serie no es hacer una película, ni a nivel de detalle ni de medios, y Goro no es su padre, así que no se que tal estaría el asunto. Me imagino -por lo que me cuentan- que el estilo es más parecido al del videojuego Ni No Kuni, cuya parte artística es obra de Ghibli, que a una de las películas a las que nos tiene acostumbrado el estudio, pero habrá que ver para opinar, como siempre.

La que si fuimos a ver, como no, fue la sesión Kung Fu girls!, en donde se proyectaba la película más moderna del ciclo, producida en 2002, Naked Weapon. Esta película, dirigida por el mítico coreógrafo y director Ching Siu Tung, se abre con unas magníficas escenas de acción en donde la policía persigue a una asesina –Marit Thoresen– para desenmascarar a su jefa, la implacable Madam M –Almen Wong-. Pasados los años diversas niñas de todo el planeta han sido secuestradas, y la policía local cree que han sido “reclutadas” por Madam M para crear una nueva generación de asesinas. Y no se equivocan, seguiremos las evoluciones de las chicas y su posterior trabajo como asesinas, centrándonos en Charlene Ching – Maggie Q-, Katt –Anya Wu– y Jing –Jewel Lee-. Charlene se reencontrará con su madre –Cheng Pei-Pei– y querrá vengarse por todo lo que ha pasado. A pesar de que aparentemente os he contado gran parte del argumento, lo interesante es ver las tremendas escenas de acción, luchas ligeras de ropa, tiroteos, asesinatos, y unas escenas finales que son pura adrenalina, con coreografías de la mano del propio director. Los momentos dramáticos y sentimentales aderezan el conjunto, pero la cosa es lo que es.

Por la tarde la sesión documental de la Biblioteca nos ofrecía la película Gulabi Gang, la historia de unas mujeres rurales indias que hartas de sufrir todo tipo de humillaciones, iniciaron una revolución contra la violencia de género, la opresión de las castas y la corrupción, creando grupos de apoyo y aprendiendo técnicas de autodefensa. La cosa es que en el Vigatá el miembro del jurado y documentalista Andrew Leavold presentaba su libro The Search for Weng Weng y ofrecía una masterclass sobre cine filipino, y no nos pudimos resistir. Andrew es un investigador concienzudo de la historia del cine filipino, y sobre todo de lo referente a los iconos del cine popular local. Sus documentales, tanto el referente a la figura del héroe enano Weng Weng como The Last Pinoy Action King, en torno a la figura de Rudy Fernandez, son obras realmente interesantes, llenas de imágenes de archivo prácticamente incontratables que recuperan buena parte del cine popular filipino, un cine desconocido para muchos sectores del propio publico del país. La industria filipina llegó a ser la tercera en producción a nivel mundial, y sus películas de estreno tocaban todos los palos artísticos y todas las modas a nivel internacional para generar películas exportables y de gran rendimiento económico. Todo esto nos fue explicando Andrew en una conferencia terriblemente interesante y divertida, llena de trailers y elementos visuales. Puro disfrute.

La película de mitad de la tarde fue la que finalmente se llevo el premio de los medios acreditados en el festival, y es que sino hubiera ganado Mountain Cry, creo que esta era una magnifica opción para ganar el premio del jurado. En Duckweed un piloto de ralís –Deng Chao– sufre un accidente y se ve transportado en el tiempo hacia el pasado para conocer a su padre cuando era joven –Eddie Peng-. A partir de aquí toda su obsesión será conocer a su madre –Zanilia Zhao-, a la que no conoció en vida, y hacer que ambos acaben juntos. El polifacético artista chino Han Han (blogger, cantante, escritor, piloto de ralís, director, actor y un larguísimo etcétera) abre la película con unas impresionantes escenas subjetivas de una carrera de ralís grabadas desde diferentes ángulos del automóvil, demostrando aquí su pasión por este deporte, para luego ofrecernos una comedia fantástica con toques dramáticos que realmente no te esperas, no esperas que la cosa empiece como empieza y la naturalidad de la situación al producirse el “viaje en el tiempo” y vivir el protagonista parte de la vida de sus padres. Esta naturalidad, este realismo mágico, le da un aire fresco y atractivo a la cinta, y sus buenas interpretaciones y gran acabado la convierten en una grandisima película.

La noche del viernes era especial ya que era la noche India, una de las más esperadas y divertidas de las nits ya que el cine indio es perfecto para este tipo de proyecciones a la fresca. Las película elegida para este evento fue Munna Michael, que tuvo la curiosidad de estrenarse simultáneamente en los cine indios y en el festival catalán. Munna –Tiger Shroff– es un chico que fue recogido de la calle por un imitador de Michael Jackson cuando era un bebé. Con los años el también se ha convertido en un experto bailarín fan del Rey del Pop, contra los deseos de su padre que quiere que tenga una profesión “de verdad”, y usa sus habilidades para ganar concursos de baile, lucirse en discotecas y sacar un dinero. Al final terminará siendo requerido por un mafioso –Nawazuddin Siddiqui– que desea más que nada aprender a bailar para intentar ligarse a una chica que le gusta –Nidhhi Agerwal-, imaginaos como acaba la cosa. La cinta comienza de forma demoledora, con bailes, acción y un aspecto de lo más cool, con Tiger Shroff, estrella indiscutible de la acción india, luciéndose allá donde aparece. A esto hay que añadir la presencia del siempre carismático Siddiqui, en un papel de mafioso con momentos muy divertidos, y es que esta película juega bastante bien entre la comedia y los momentos más comprometidos, pero el resultado general, y sobre todo el final, queda como muy plano, muy esperable. La acción y la música hará que no nos aburramos, pero al estar la película tan centrada en al parte musical quizás se haga algo monótona en ciertas partes. No es la mejor película de Tiger Shroff -hay tenemos Baaghi la pasada edición del festival-, pero nos hará pasar un buen rato viéndola con amigos y ganas de diversión.

Tras la Bassa aún nos quedaba la Noche Vampírica, la primera sesión de madrugada de esta edición de las Nits en donde se proyectaba Vampire Cleanup Department, un homenaje al cine de Jiangshi, los clásicos vampiros chinos que andan dando saltos y tienen diferentes poderes, que incluía en su reparto varios actores clásicos del cine de Hong Kong. En realidad nos encontramos algo con muy poca acción o terror, incluso poca comedia, y el guión es una especie de historia de amor entre el protagonista –BabyJohn Choi-, y una vampiro que aún tiene reminiscencias humanas –Lin Min-Chen-. No me entendáis mal, la película tiene un estilo definido, oscuro y curioso, pero su ritmo lento y desarrollo simple hicieron que pasadas las 1 de la madrugada llamara al sueño y desconectaras de ella con relativa facilidad. Esta sesión debería haber sido una de las de media tarde, donde el cansancio y la perspectiva de más sesiones hubieran hecho que la viéramos con otros ojos. Nos reservamos verla otra vez para opinar con más propiedad.

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