La pasada edición del Sitges Film Festival pudimos disfrutar de la película coreana Believer, remake de la cinta hongkonesa de acción Drug War, dirigida por Johnnie To. Entre los invitados al evento se encontraba su director, Lee Hae-young, y tuvimos la suerte de poder charlar con él, junto a nuestros amigos de Cineasia, y que nos contará un poco como se gestó el proyecto y como fue adentrarse en una obra de la categoría de la de Johnnie To.

Participa en el guión de muchas películas, una de las primeras fue Arahan, que tuvo bastante repercusión en nuestro país, también es director. ¿Que faceta le apasiona más del mundo cinematográfico?

Realicé Arahan cuando trabajaba como guionista, solo participé en la edición del guión y fue durante poco tiempo. Obviamente esta película es obra de Ryoo Seung-wan, representa claramente su forma de hacer cine, su identidad. En la actualidad me recuerda mi juventud, fue una experiencia muy interesante y divertida. A mi me gusta la película, pero como espectador.

La verdad es que escribir un guión requiere mucha energía, es un trabajo duro y complejo. Por su parte la dirección es un trabajo de responsabilidad, un gran trabajo, pero creo que me siento más realizado a la hora de dirigir una película, más que escribiendo un guión. Ser director es un trabajo que me frustra, conlleva una gran dificultad y debo sobreponerme a ella para sacar adelante el proyecto, pero es muy estimulante y me esfuerzo mucho para conseguirlo.

Comienza su carrera como director con Like a Virgin en 2006 ganando un montón de premios tanto de crítica como de público, sin embargo, es Believer la película que le ha dado mayor éxito en taquilla de toda su carrera con más de 5 millones de espectadores.

Después de Like a Virgin realicé dos películas más, Foxy Festival (2010) y The Silenced (2015) -que también estuvo aquí en Sitges-, pero estas producciones, aunque tuvieron cierta repercusión y premios, no fueron un gran éxito de taquilla. Tenía que demostrar que soy un director capaz de atraer al público al cine, que soy un profesional en el sentido comercial. Necesitaba hacer esto para seguir siendo director, si no demostraba esta capacidad no podría continuar en esta industria, esa era mi misión. Quizás con esta película no voy a ganar premios, pero su éxito me traerá en el futuro muchas más oportunidades de hacer cine, al igual que Like a Virgin me posibilitó debutar como cineasta. Aquella abrió una primera parte de mi vida cinematográfica y Believer me abre ahora una segunda parte.

Es cierto que hace dos años estuvo aquí con The Silenced (2015) en la sección Seven Chances, una película con un universo muy femenino. Ahora es todo lo contrario, Believer tiene un plante casi exclusivo de actores. ¿Como surge este proyecto? ¿Por qué Drug War de Johnnie To?.

Desde mi debut con Like a Virgin mis tres películas han sido muy femeninas, tratan alrededor de los sentimientos cotidianos. Para la cuarta quería hacer algo de otra categoría, además que siempre he tenido ganas de adentrarme en el género pero no tenía nada claro como hacerlo, como crear un universo masculino con suficiente fuerza. Era un deseo, estaba en mi cabeza pero solo ahí, así que cuando surgió el proyecto de hacer el remake de Drug War vi claramente que esta era mi oportunidad. Realmente quería expandir mi mundo cinematográfico a través de esta película y, obviamente, no fue un proceso fácil para mi.

Johnnie To es un gran director y ni me planteo poder llegar a su nivel, sus películas son muy duras e impactantes, lleva al extremo muchas situaciones. Yo no quiero enfrentarme a este estilo, quiero interpretar su película a mi manera y darle mi propio estilo, dibujarla con mis propios colores y hacer mi propia película aunque fuera un remake.

¿Que fue lo más difícil de trasladar a Corea del Sur una historia con un planteamiento tan Hongkonés?. Vemos en la película elementos que nos recuerdan mucho al cine de Hong Kong, como por ejemplo la música, huir un poco de la música clásica tan típica del thriller coreano para introducir electrónica. También parece ser más dura, más directa.

Quizás la electrónica es mi propio gusto… (risas)

En lo referente a la comparación hay que decir que en Corea del Sur no existe una gran mafia organizada en torno a la droga, el consumo de droga es muy bajo y los que trapichean con ellas son delincuentes de poca envergadura. No podía trasladar esta situación a mi película porque los espectadores no lo aceptarían, por eso, para conseguir la verosimilitud, aposté por el estilo para atraer al público, Believer debía tener su propio estilo.

Drug War podríamos dividirla en dos partes y yo tomé como referencia toda su primera mitad, reinterpretando la segunda. Quería darle otra temperatura, que fuera otra película diferente. Una de las partes más importantes son sus personajes, que también intenté adaptar a lo que quería obtener. Realmente todos los cambios van orientados a crear ese nuevo carácter que estaba buscando.

Uno de los actores que más nos gustan, y del que algunas de sus películas se han editado en España, es el recientemente fallecido Kim Joo-hyuk. En Believer realmente está espectacular interpretando un papel muy diferente al del resto de su carrera. ¿Como trabajó con él para obtener este resultado? Realmente creemos que es una de las grandes virtudes de la película.

Antes de esta película Kim Joo-hyuk nunca hizo un papel de villano, pero yo veía en él un fuego interno que, si era capaz de sacar, sería todo un espectáculo. Cuando le di el guión estuvimos conversando mucho tiempo y perfilando algunos detalles, pero nunca me dijo como iba a orientar al personaje: “Ya lo verás cuando comencemos a rodar”. Realmente no sabía que esperar de todo aquello. Cuando comenzamos el rodaje, se caracterizó y cuando empezamos todos nos quedamos sorprendidos, su interpretación pasó por encima al equipo y nos dejó boquiabiertos.

Este es el mayor recuerdo que tengo de él. Aún hoy los miembros del equipo, o conversando con amigos, hablamos de este papel. Que Believer fuera la última película antes de su accidente es una suerte para mí pero a la vez una gran pena, gracias a su interpretación mi película ganó un nivel más. Sin duda fue un gran actor.

Sin tiempo para más nos despedimos de Lee Hae-young, esperando que esta nueva etapa en su carrera nos haga disfrutar de grandes películas como Believer en un futuro cercano.

Por Gloria Fernández (CineAsia) y Jorge Endrino (Asiateca).

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