El personaje de Jumborg Ace vio la luz el 17 de enero de 1973 de la mano de la Tsuburaya Productions, compañía fundada por el maestro de los efectos especiales Eiji Tsuburaya y creadora de las Ultraseries, que popularizaron el Tokusatsu -series televisivas de super héroes puramente japonesas- no solo en el país, sino a nivel internacional. Por aquella época dirigía la empresa familiar Noboru Tsuburaya, tras la muerte de su padre en 1970, y se buscaban nuevos lanzamientos para no saturar el mercado de Ultraman y crear así nuevos hitos para la productora.

Su guión se centra en el joven repartidor Naoki Tachibana -interpretado curiosamente por Naoki Tachibana-, hermano del líder de la PAT, una fuerza de autodefensa japonesa, que muere durante el ataque de un monstruo gigante. Naoki decide realizar un acto suicida de venganza con su avioneta, pero cuando esta a punto de morir es transportado a otra dimensión y se le confieren poderes para fusionarse con su avioneta y convertirse en el robot gigante Jumborg Ace. Finalmente gana el combate, pero toda una raza de monstruos espaciales le esperan para intentar conquistar la Tierra. Tristemente la serie no pareció encontrar su lugar en el fandom local y el 29 de diciembre de 1973 se emitió su último capítulo, el número 50.

Pero este no sería el final, sino solo un extraño punto y seguido en nuestra historia.

Simultáneamente a la emisión de Jumborg Ace, en Tailandia, el joven director Sompote Saengduenchai fundaba la Chaiyo Productions y realizaba su película debut, Tah Tien (1973). Esta fantasía en tono de humor con animales antropomorfos, chicas magias espaciales que salen de huevos, una incursión humorística estilo western, chicas desnudas bañándose en el río y un final Kaiju Style con dos estatuas gigantes asediando Bangkok, ofrecía un nivel de locura que haría presagiar todo lo que vendría después de la mano del incombustible director y experto en efectos especiales.

El joven Sompote siempre había querido dedicarse al cine y la fotografía. Ya en la adolescencia trabajaba como fotógrafo freelance, llegando a tomar instantáneas oficiales del rey Bhumibol, trabajar para conocidos fotógrafos y entrar en la plantilla de Siam Rath, un periódico local, con tan solo 15 años. Estudió en el Krungthep Technical College y con 20 años realizó una película propagandística anticomunista por encargo del gobierno y recibió una beca para trabajar dos años en la todopoderosa Toho japonesa. Allí se codeó con los grandes directores del estudio, llegando a colaborar con Akira Kurosawa, y conoció a Eiji Tuburaya, con quien trabajo codo con codo en la realización de diversos efectos especiales y en los primeros compases de la creación de Ultraman, héroe que provenía del propio pueblo y que tenía poderes adquiridos para la protección del mismo, no un superhombre al estilo occidental.

Sin entrar en detalles del como, Sompote llega a un acuerdo con la Tsuburaya de Noboru para unir a algunos personajes de la casa con elementos de la tradición tailandesa, combinación que podría funcionar bastante bien en el país. Se comenta que tras la muerte de Eiji y la herencia de la compañía por parte de su hijo algunas deduas asediaban el futuro de la productora y esta jugada aseguraba ciertos ingresos. Sea como fuere, el acuerdo estaba cerrado y la primera de las dos colaboraciones firmadas sería en torno al personaje que en ese momento tenía el foco de emisión, Jumborg Ace.

Jumborg Ace & Giant comienza mostrándonos a los miembros de un grupo de investigación especial, tal y como lo era la PAT de la serie original, que buscan un cristal de gran poder para que no caiga en malas manos. Los demonios extraterrestres del Gorozu Seizin también buscan este cristal para construir un arma con la que conquistar la Tierra, y el enfrentamiento es inevitable. Tras estos minutos iniciales comienza la acción, compuesta exclusivamente de escenas recortadas de la serie original, incluyendo la creación de Jumborg Ace y de su compañero Jumborg 9, apiñadas sin criterio alguno, combate tras combate a ritmo de la constante e insidiosa melodía de la serie japonesa con la letra en tailandés, que solo se detiene en unas breves escenas de la líder de los demonios comentando la jugada o escenas de la PAT local, que básicamente muestran dos personajes haciendo estupideces de manera cargante, típico del humor tailandés de aquellos años.

Tras esta vorágine la cosa comienza a complicarse, los malos roban el cristal y los desastres naturales azotan el país, mientras, en Tokio, los monstruos atacan sin cesar. El equipo de defensa encuentra unas estatuas de los guardianes Yuk Wud Jaeng y Yuk Wud Pho, y terminan influyéndoles vida para combatir al enemigo. La primera aparición es la de Yuk Wud Pho, que se enfrenta al lugarteniente de los malvados demonios y el responsable del robo del cristal. Estas escenas son de producción propia y eso se nota, si bien se realiza un gran trabajo en la recreación de una porción de Bangkok, la escena se desarrolla en tono humorístico, con un enfrentamiento bastante ridículo en gestos, desarrollo y efectos de explosiones. Es difícil determinar que partes hicieron los equipos de Tsubaraya y Chaiyo, si bien la diferencia de calidad podría darnos una pista importante. Tras este enfrentamiento, y la derrota de Yuk Wud Pho, los alienígenas terminan construyendo su arma mortal en la luna y Jumborg Ace vuela allí para enfrentarse a ellos. Desde Tailandia se enviará a Yuk Wud Jaeng para ayudar, pero las artimañas de los malvado demonios harán que se enfrenten entre ellos hasta que se dan cuenta que están en el mismo bando. Aquí comienza un tramo final compuesto exclusivamente por sucesivos combates donde Yuk Wud Jaeng salvará los papeles convirtiéndose en el héroe de de la película y protector del cristal de poder.

Este tramo final, en parte de producción propia, sorprende por algunas escenas de bastante violencia hacia el propio Jumborg Ace. Sompote es muy conocido por tener un fondo pervertido y muy oscuro. En sus películas es normal ver decapitaciones y violencia extrema, desnudos gratuitos, niños asesinados… los locos años de la exploitation global no fueron ajenos para un realizador en ocasiones bastante extremo. En sus colaboraciones con la Tsuburaya, el intenso uso de recortes originales y, supondremos, la supervisión japonesa, contuvieron mucho esta parte oscura que podremos ver en producciones posteriores.

La película se estreno en 1974 en Tailandia con bastante éxito, siendo la primera película de superhéroes de su cinematografía. Por desgracia la cinta no llegó a estrenarse en Japón, fuera por el resultado final de la misma, fuera porque el personaje de Jumborg Ace ya estaba cerrado y desde la Tsubaraya no quisieron volver sobre él.

Pero esta historia no termina aquí.

Poco tiempo después de su estreno la película se exporta a Taiwan para su distribución, pero la productora debió pensar que el mercado local buscaba otra cosa y decidió remontarla. No hay mucha información sobre como sucedió esto, quién vendió los derechos -con total probabilidad la Chaiyo- o permitió su reestructuración, la cosa es que en esta nueva versión solo se acreditarían el guionista y el director taiwanés, este último Chen Hung-ming, muy conocido en el mundo del cine de Taiwán y Hong Kong como editor y guionista de cintas de artes marciales como Dragon Gate Inn de King Hu o producciones de Jimmy Wang Yu y Polly Shang Kwan. Además no hay rastro en los créditos de las productoras originales.

En Mars Men se elimina totalmente la presencia de actores tailandeses y se re-graban escenas con actores de Taiwan, cambiando parte de la historia de la cinta pero no su base, que sigue siendo la misma: un grupo de extraterrestres quieren conquistar la tierra y para ello necesitan un cristal de poder escondido en Taiwan. La película comienza con unos críos jugando al baseball y como uno de ellos, Ling, debe ir a buscar una pelota perdida, terminado en una cueva delante de un cristal que hará que se desmaye. Algún tiempo después, tras recuperar el sentido, encuentra una estatua y decide llevársela. Afortunadamente, hay alguien cerca para informarle que la figura se llama Yuk Wud Jaeng, pero el niño insiste en llamarlo “Hanamajin” y, según dice la ley no escrita de los Kaiju Eiga donde el nombre que use el crío de turno es el que se usará a partir de ese momento, hasta la propia estatua se llamará así misma con este nombre.

El chaval se va a casa, donde su abuelo, interpretado por el conocido actor de la Shaw Brothers Feng Mien, esta viendo en la televisión una película de artes marciales -en una auto referencia del director ya que es una de sus películas-, que se interrumpe para anunciar una invasión alienígena. Cuando la hermana del joven Ling, que trabaja en una agencia de defensa -La PAT taiwanesa de esta película- llega a casa se encuentra a ambos desmayados y tras llevárselos al hospital -y esperemos que salvarlos, ya que no volveremos a verlos en la película-, vuelve y recupera la estatua que emite una gran cantidad de radiación. Esta estatua ira creciendo y terminará cobrando vida. Mientras tanto los combates se suceden y curiosamente veremos la mayoría de ellos a través de una pantalla de televisión, para justificar que estos se estén llevando a cabo en Japón y no a nivel local.

Su tramo final es similar al de la película original, con un intenso combate extraterrestre donde Jumborg Ace es prestado por el “científico más brillante de Japón”, eliminándose la referencia a su nombre real -aunque si que suena su música de intro instrumental en muchos momentos-. Esto, unido a la eliminación de toda la primera parte de combates, donde se obvian las escenas de creación de Jumborg Ace y las luchas subyacentes, hace dudar de la implicación de la propia Tsubaraya en esta producción, donde también se toman escenas diferentes de la propia serie original en algunos momentos. En estos combates finales, de forma mucho más caótica, también aparecerá Jumborg 9 sin motivo aparente, y la estatua gigante tailandesa a repartir como está mandado.

Curiosamente, a pesar del extraño proceso que llevó a la creación de esta revisión de Jumborg Ace & Giant y lo oscuro del resultado final, Mars Men terminó vendiéndose a nivel internacional, editándose traducida al menos en Estados Unidos, Francia, Italia, Turquía y Alemania, que yo sepa. Estas traducciones generalmente se realizaban obviando el material original y modificando los diálogos a gusto del consumidor, con lo cual generaban películas aún más extrañas si cabe. En la versión estadounidense se introducía una voz en off apática y ridícula, además argot en las conversaciones entre Jumborg Ace y la estatua gigante, inexistentes en otras versiones, del plan “vamos a patear traseros”. La versión italiana, de título Gli uomini di Marte, es la más fácil de poder visualizar actualmente, y se supone una traducción directa de la versión francesa de título Les Hommes d’une autre Planete -casi todas las versiones occidentales parecen provenir de esta edición francesa-, aunque a saber que licencias se tomaron. Aquí, por ejemplo, el robot gigante Jumborg Ace es directamente producto del ejercito estadounidense, nada menos.

Hoy es día es complicado ver las versiones originales tanto de Jumborg Ace & Giant como de Mars Men. La primera se puede ver en tailandés sin subtítulos -algún subtítulo habrá escondido en algún sitio recóndito-, y la segunda aparece oculta entre sus versiones dobladas occidentales.

Pero este mundo de ediciones, reediciones y recortes tan solo acaba de empezar. El Tokusatsu Madness de Sompote Saengduenchai tiene mucho que decir aún.

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