Nacido en la provincia de Khon Kaen, Tailandia, Panna Rittikrai se graduó en educación física en el Mahasarakham Physical Education College y comenzó su carrera en el mundo del cine como preparador físico para actores en Bangkok. “Mis inspiraciones, sobre todo, fueron Jackie Chan y Bruce Lee”, dice Panna. “Las películas de James Bond también me hicieron preguntarme cómo los especialistas hacían lo que hacían”. A través de un amigo común conoció al director Prapon Petchinn, presentándose como stunt en su primera película, ไอ้ผาง ร.ฟ.ท.. En una de las escenas la actriz Sureewan Suriyong debe subir al techo de un tren en marcha para una pelea. Panna fue el stunt elegido para la misma debido a la habilidad requerida, además de ser el entrenador de los actores protagonistas, Sureewan Suriyong y el conocido Sorapong Chatree.

Tras su iniciación en el mundo del cine vuelve a su Khon Kaen natal para formar su propio equipo de especialistas, el P.P.N. Stunt Team -conocido como Muay Thai Stunt-, que comenzó su actividad con cierta seriedad en 1982 con una veintena de entusiastas de las artes marciales listos para entrenar duro. Tras algunos papeles de stunt, tanto él como su grupo estuvieron preparados para comenzar su propia carrera realizando Borng To Fight, que se estrenaría en 1984, con un bajísimo presupuesto de 500,000 baht. En las labores de dirección Panna recurrió a Prapon Petchinn, mientras que él mismo co-dirigiría, protagonizaría y coreografiaría la película como una declaración de intenciones dentro del cine de acción tailandés.

Born to Fight bebe mucho del cine de artes marciales de Hong Kong, sobre todo de películas de Kung fu comedia de Jackie Chan o Sammo Hung. Tiene una larga escena inicial donde el propio Panna va mostrando diferentes estilos de lucha, de forma muy similar a las cintas de kung fu clásico chino, para luego tirarse a los stunts con motos y coches en movimiento, peleas en altura y todo tipo de acrobacias sin ningún tipo de efecto de cableado o similar, añadiendo toques de comedia o luchas usando las propias localizaciones. La acción de esta película, y la mayoría de las que vendrían después, es impresionante por eso mismo, los golpes duelen de verdad porque prácticamente son de verdad.

“Quiero empujar los límites del cuerpo humano para ver dónde está el límite. ¿Por qué? Es como los científicos que quieren ir a Marte ahora que han estado en la Luna. Quiero sorprender a la gente con estos trucos, escucharlos decir ‘ooh’ y ‘aah’ con lo que sucede en la pantalla. Y créanme, todo lo que hago, cada movimiento que diseño, es seguro. No haría nada que no lo fuera.

Pensé: ‘bueno, si Jackie Chan puede caer de un edificio, nosotros podemos hacer lo mismo’. Vi las películas de Bruce Lee y me fascinó el realismo de las peleas. Creo que en la psicología del cine cuando el público se da cuenta de que el truco es real, que no son efectos especiales en absoluto, lo considerarán no solo como espectáculo sino como algo más impactante, más emocionante, más aterrador.

Lo que yo y mi equipo hemos estado haciendo, como cuando choco mi moto con un camión, es simular un accidente con una preparación cuidadosa. Hacemos muchos cálculos por adelantado. Medimos la distancia, la velocidad de los vehículos, el impacto del choque. Estimamos la probabilidad de que algo salga mal y cómo prevenirlo. Practicamos gimnasia, cómo saltar, cómo caer, cómo agacharnos, cómo aterrizar. Mira, cuanto más empujas el límite, más tienes que preparar medidas de seguridad. Las dos cosas deben ir de la mano. Si no estamos seguros, no filmaremos una escena”. Panna Rittikrai, Bangkok Post, 2004.

Poco después del estreno de esta película, el magazine Thai Star publicaba lo siguiente (lo traduzco directamente del tailandés así que es aproximado), “‘Born to Fight’ es una nueva ola de esperanza que hará resurgir el cine tailandés, un nuevo género de películas tailandesas que aún no se había realizado. Todos los que vieron esta película en la industria, todos, dijeron la palabra diversión. Eso nunca antes había sucedido. Se comienza a especular si esta película volverá a despertar el interés por el cine tailandés como nunca antes se había producido con una película”. Sea como fuere, no solo la crítica la vio con buenos ojos, sino que fue todo un acontecimiento para el público. Durante las próximas dos décadas el nombre de Panna Rittikrai sería sinónimo de cine de acción tailandés, realizando junto a su equipo más de un medio centenar de películas.

Este tipo de productos de serie B y bajo presupuesto se popularizaron enormemente entre la población de clase media y baja, sobre todo en zonas rurales, difundiéndose en un circuito bastante secundario. Generalmente estas películas se estrenaban, aguantaban una o dos semanas mientras aparecía la nueva película del momento y se desechaban, estando hoy en día muchas de ellas desaparecidas o con copias de ínfima calidad, sobre todo las realizadas en la década de 1980. La misma Born to Fight se creía desaparecida en su versión integra hasta hace bien poco.

“Probablemente nunca hayas oído hablar de mis películas. Son populares entre los taxistas y los vendedores de Som Tam, los guardias de seguridad y los trabajadores de Isan. Mis fanáticos más fieles son personas de pueblo en la lejana Tambon, donde colocan colchones en el suelo y beben whisky mientras ven mis películas al aire libre”. Panna Rittikrai, Bangkok Post, 2004.

Born to Fight también provocó el cambió de vida de un niño llamado Panom Yeerum. Pasados algunos años, y con el permiso de sus padres, fue en busca de Panna Rittikrai para perseguir su sueño de convertirse en una estrella del cine de artes marciales, Yeerum entrenó con entusiasmo y más tarde sería conocido en el mundo marcial como Tony Jaa.

Una de sus primeras colaboraciones juntos en la gran pantalla fue en la película Spirited Killer de 1994, donde Rittikrai encarnaba al asesino del título. La cinta dejaba algunas escenas de acción acrobáticas a Jaa y dio pie a diversas secuelas, aunque no abrió ningún camino nuevo en el cine tailandés.

En 1996 ambos realizaron Hard Gun. La película comienza con una operación policial en la que se desarticula una peligrosa banda de delincuentes. Durante la misma muere uno de ellos y el resto buscaran al policía responsable para vengarse, poniendo a su vez en peligro a toda su familia. En el fondo una comedia bastante tonta, en los papeles negativos nos encontramos a Pana Rittikrai y Tony Jaa en una especie de relevo generacional; Este sería uno de los últimos papeles de Panna como actor antes de centrarse a su faceta de director de acción, dando así un cambio de rumbo a su carrera. A su vez es uno de los primeros papeles, más allá del stunt esporádico, de Tony Jaa, que tendrá el peso marcial de las pocas coreografías acrobáticas de la parte final de la cinta.

Durante finales de la década de 1990 el equipo de Panna, en especial Tony Jaa, perfeccionaron su entrenamiento en el Muay Boran, un compendio de artes marciales tailandesas que se considera el antecesor del Muay Thai moderno y que se caracteriza, al menos en su paso por la gran pantalla, por ser más acrobático y espectacular.

A principios de siglo el director Prachya Pinkaew acude a Panna Rittikrai para realizar una película de artes marciales con cierto presupuesto y ambos se ponen a trabajar en el guión y la dirección, siendo el protagonismo para Tony Jaa. Había nacido Ong-Bak, que se convertiría en un fenómeno internacional que revitalizó el cine de acción marcial y puso el foco en Tailandia como nueva Meca de este tipo de producciones. Cuando uno ve la película por primera vez no puede dejar de maravillarse con sus coreografías, llenas de espectacularidad y acrobacia, realizadas con los efectos especiales mínimos y sin dobles que hicieran las escenas peligrosas. La esencia era similar a la que inspiró Born to Fight, aquella primera película que Panna Rittikrai realizó casi 20 años antes: la acción era realista porque era de verdad, sin trampa ni cartón. Ong-Bak costo algo más de un millón de dolares y recaudo más de 20 solo en el Box Office.

Este éxito hizo que Panna se adentrará en la dirección para hacer una revisión de su propia película fundacional. Born to Fight (2004) tiene poco que ver con su película homónima, presentándonos la lucha por la supervivencia de un grupo de deportistas de élite tailandeses que están realizando ayuda humanitaria y se ven envueltos en el ataque de un grupo terrorista paramilitar que toma la aldea donde están para chantajear al gobierno. La cinta se vendía como “sin efectos de cableado” y contaba entre el reparto con diversos deportistas nacionales acompañados del equipo de especialistas, liderado por uno de los discípulos aventajados del director, Dan Chupong.

En esta nueva versión de Born To Fight hay trucos espectaculares. En una escena, dos hombres, sobre el techo de dos camiones a toda velocidad, luchan frenéticamente hasta que uno de ellos cae, aterrizando en la carretera a escasos centímetros de una de las ruedas en movimiento. Sin miedo. Sin efectos especiales. Todo sucede en una sola toma.

“No es violencia lo que estoy mostrando, es asombro. Habíamos ensayado esa escena probablemente durante un año antes de filmarla. Calculamos el peso del chico, no podía ser demasiado grande o demasiado pequeño. Proyectamos cómo rebotaría en el camión una vez que se cayera. Observamos todas las posibilidades, sabíamos que no podíamos permitirnos un solo error.

Pero incluso si algo saliera mal, como, digamos, que cayera debajo del camión en lugar de al lado, en tal caso habíamos preparado medidas de seguridad que le salvarían la vida. No puedo decirte cuales. Como un mago, no puedo decirte cómo saco el pájaro de la chistera, eso estropearía la diversión, ¿no?”. Panna Rittikrai, Bangkok Post, 2004.

Tras esto Panna Rittikrai dirigió el mismo las dos secuelas de Ong-Bak en 2008 y 2010, fue coreógrafo en películas como ambas partes de Tom-Yun-Goong, dirigidas por Prachya Pinkaew, en 2005 y 2011, y entrenó y coreografió a la actriz Jeeja Yanin en sus inicios en el cine con Chocolate (2008) y Raging Phoenix (2009), siendo esta última destacable por presentar un nuevo estilo de lucha creado para la cinta que combinaba Muay Thai, Capoeira y Break Dance. Su última película fue Vengeance of an Assassin (2014), donde se reencontraba en la gran pantalla con su pupilo Dan Chupong.

El 20 de Julio de 2014, a la edad de 53 años, Panna Rittikrai murió en un hospital de Bangkok debido a complicaciones de una enfermedad hepática que se estaba tratando desde finales del año anterior. También se descubrió posteriormente que tenía un tumor cerebral. Su muerte fue casi una catarsis para el cine de acción tailandés, que ya había empezado a perder interés en el ámbito internacional por la irrupción de otras producciones como la indonesia The Raid (2011). Los tiempos del stunt real estaban quedando atrás y ya nada sería igual que antes.

“Ves mis películas y dices ‘oh, alguien debe haber muerto durante el rodaje’, ¿Qué más puedo decir? ‘No intentes esto en casa’, tal vez”. Panna Rittikrai.

Referencias:

Wikipedia. “พันนา ฤทธิไกร”. Wikipedia, The Free Encyclopedia [consultada el 6 de agosto de 2019].
<https://th.wikipedia.org/wiki/%E0%B8%9E%E0%B8%B1%E0%B8%99%E0%B8%99%E0%B8%B2_%E0%B8%A4%E0%B8%97%E0%B8%98%E0%B8%B4%E0%B9%84%E0%B8%81%E0%B8%A3>

Rithdee, Kong. “Don’t try this at home”, Bangkok Post. July 16, 2004.
<https://archive.is/20070929181729/http://www.planetbangkok.com/archives/2004/07/dont_try_this_a.html>

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