En esta decimosexta edición del Festival Nits de Cinema Oriental de Vic la retrospectiva principal estaba dedicada al cine de acción tailandés y como invitada especial… la mismísima Jeeja Yanin, que recogía el Premio de Honor del Festival.

Jeeja comenzó su carrera con la espectacular Chocolate, que pudimos disfrutar durante el evento inaugural del festival en el Seminari de Vic. Aún hoy la película es impactante por su calidad e intensidad, algo normal en la época dorada del cine de acción de Tailandia, época que poco a poco ha ido apagándose para dar paso a otros lugares, otra acción (véanse Indonesa o India).

La actriz compartió con nuestros amigos de CineAsia, y conmigo mismo, un rato la segunda jornada del festival para charlar sobre sus inicios en el cine de acción y como ve la industria de su país.

Gracias por compartir este tiempo con nosotros ¿Usted comenzó a entrenar para protagonizar Chocolate en 2004?

Sí, cuatro años antes de que se estrenara el film. Dos años para aprender Muay Thai (yo venía del Taekwondo) y dos para rodar la película.

¿Y cómo empezó todo?

A raíz del éxito internacional de Ong Bak, Panna Rittikrai pensó en hacer una película cuya protagonista fuera una mujer con habilidades para las artes marciales. Yo me presenté al primer casting y me rechazaron por ser muy bajita (risas)… Pero seguí insistiendo y en el segundo casting, Panna se fijó mucho más en mí y en mis habilidades. De hecho, Chocolate se escribió pensando ya en mí.

Anoche vio unos 30 minutos de Chocolate, 11 años después de su estreno… ¿Cuáles fueron sus sentimientos al ver su primer papel protagonista?

11 años desde su estreno… recuerdo que cuando empecé a rodar tenía 21 años, y al terminar había cumplido 23. Y ahora… ya tengo 35 (risas). Pasé cuatro años preparándome para el rodaje, con entrenos, preparábamos las coreografías, rodábamos, y luego a veces repasábamos las coreografías y escenas antes de volver a rodar… así hasta que la completamos, pasaron cuatro años.

¿Y qué sintió al verse de nuevo en la gran pantalla? Ha cambiado mucho, ahora es madre…

Estoy muy contenta al ver que tras casi quince años la película es todavía muy bien recibida, que fue muy popular. Parece que la película se ha mantenido viva y se ha vuelto legendaria, y hace que todo el proceso, el cansancio, el dolor, los entrenos, valieran la pena, porque todavía hay gente que habla de ella hoy en día. Valió la pena. A veces me he sentido desanimada y un poco cansada del mundo del cine, pero ver al público de ayer, apreciando el trabajo, me da fuerzas para seguir en el cine de acción.

¿Cree que sería posible rodar una película como Chocolate en la industria tailandesa hoy en día? Fue una película tan fresca, valiente, directa…. sin efectos digitales…

De hecho, se ha hablado mucho sobre una segunda parte de Chocolate, pero hay que resolver el problema de su financiación. Cuesta mucho realizar un film con coreografías de acción como este, y aunque el mundo de la industria del cine es muy grande y ha evolucionado, creo que sería más fácil si se realizará a través de una coproducción entre una productora de Tailandia y otra internacional.

¿Cómo fue su relación con Panna Rittikrai?

Fue mi mejor maestro.

Es una leyenda para los fans de las artes marciales… Usted paró su carrera cinematográfica en 2012 para ser madre, y volvió un par de años después con Tom Yum Goong 2. Desde el estreno de Chocolate en 2008 hasta el de esta última en 2015, ¿ha visto cambios en la industria? Porque para nosotros sí que hubo algunos cambios, y esta Tom Yum Goong 2 fue la última gran producción de artes marciales tailandesa.

Dos cosas… La primera es que tenemos que entender el cambio en el público. En el pasado el público tendía a favorecer películas de acción con énfasis en las luchas y en el drama; pero en los últimos años quizás los elementos que favorecen sean la comedia, el final feliz… Así que depende del estado anímico del público en diferentes momentos, ese es un cambio que noté. La otra cosa es que al hablar de Tom Yum Goong 2, las secuelas de Ong Bak, las expectativas eran muy altas después del gran éxito de las primeras partes. Así que al estrenar las segundas, terceras partes, el público esperaba lo mismo, y la presión se puso en los actores y los productores, así lo sentí.

Y, como mujer, ¿cómo es su experiencia de trabajar en un mundo de hombres? No solo en la industria del cine, sino en el terreno de la acción, en las artes marciales lo es todavía más.

Lo primero comentar el estilo de vida durante los entrenos. No hay división entre mujeres y hombres en el mundo de la lucha: los entrenos son de 9 a 10 horas y los maestros no nos separan a mí por ser mujer, o a otro compañero por ser hombre, si hay que hacer flexiones, hacemos las mismas, no hay piedad (risas), y si hay que llegar a un número de repeticiones o algún castigo por haber hecho algo mal, hacemos lo mismo también. Si castigan a Tony Jaa a mí también (risas). Por otro lado, está la técnica, todo es igual, el mismo entreno de stunt que tuvo él lo tuve yo, con la seguridad siempre por delante. Si había que utilizar cable o había que recibir algún golpe se probaba primero con un stunt para comprobar que todo fuera bien, pero luego yo haría lo mismo. Lo único diferente que había para mí era el baño y el vestuario (risas).

Pero en términos de igualdad, ya sabe cómo está en auge el movimiento Me Too, como mujer en esta industria, no solo a la hora de poner en práctica las artes marciales, ¿tiene menos oportunidades que los hombres?

Hay muy pocas mujeres en esta industria de la acción, así que queda en manos de las oportunidades que nos den los directores, y estar lista por si aparece esa oportunidad. Por el momento como mujer es vital para mí seguir aprendiendo diferentes técnicas. Que haya muy pocas mujeres en la acción tampoco quiere decir que pueda conseguir el papel que quiero o poder elegir, sino que depende de lo que haya disponible, así que por eso estoy abierta a cualquier oportunidad que aparezca.

Usted participó en la segunda temporada de la serie de HBO Asia Halfworlds dirigida por Joko Anwar, ¿qué tal fue su experiencia con él? Parece que Indonesia se está convirtiendo en uno de los focos del cine asiático.

Aprendí mucho de la experiencia de poder trabajar con un equipo internacional, muy positivo tanto en poder rodar en diferentes lenguas, en posicionarme dentro de la industria del cine, y en el propio desarrollo mental. Y al hablar antes de cómo la tendencia es hacia la coproducción internacional, creo que eso puede ayudar al desarrollo de la industria tailandesa y facilitar su llegada a otros mercados.

Muchísimas gracias por su tiempo… ¿Qué le ha parecido Vic, Barcelona?

Me está gustando mucho, es la primera vez que vengo a España… sobre todo… ¡la comida! (risas).

Justo tras esta entrevista se organizaba una especie de entrevista común con los medios acreditados al festival, entre los que se encontraban buenos amigos como Katanas y Colegialas, Terrorweekend, Cine Domingo o Proyecto Naschy, donde Yanin no escatimó tiempo, sonrisas y simpatía respondiendo a las preguntas que se lanzaban sobre su carrera y firmando algunos autógrafos con los asistentes. Durante este rato nos comentó muchos detalles de sus películas, como la preparación que realizo de la cinta Chocolate, en la cual convivió con niños autistas para poder conocer mejor su comportamiento. Allí, nos contaba, se encontró con un chaval que con solo un vistazo imitaba perfectamente sus poses de artes marciales, siendo este una gran influencia para lo que luego vimos en la película.

En fin, que fue todo un placer poder pasar estos ratos con la conocida actriz tailandesa, y le deseamos lo mejor.

Por Gloria Fernández (CineAsia) y Jorge Endrino (Asiateca).

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