Hoy mismo comienza una nueva edición del Festival Internacional de Cine FILMADRID con un variado programa que pretende descubrir senderos inéditos y novedosos dentro del paisaje cinematográfico contemporáneo, promoviendo y exhibiendo un cine de marcado carácter autoral y fuera de los mercados más comerciales. Entre su programa oficial se esconden algunas interesantes propuestas asiáticas, que repasaremos a continuación. Para consultar los horarios y proyecciones os recomiendo visitar su página web.

Sección Oficial a competición

My Dear Friend
Yang Pingdao.
China, 2018. 106 min.

El viejo Zhongsheng sabe que tiene los días contados. Recuerda una visita con Shuimu cuando eran jóvenes a una aldea lejana, también el rumor sobre la masacre de una familia y un niño pequeño flotando río abajo. Zhongsheng cree que él era ese niño y que esa fue la aldea en la que nació. Viendo como la angustia crece en su amigo, Shuimu decide llevarlo hasta sus «raíces».Durante el viaje, los hombres se encontrarán con su propia infancia y juventud.

Las grandes sorpresas cinéfilas suelen venir de los márgenes. La ópera prima de Yang Pingdao, que pudo verse en una sección paralela del festival de cine de Busan, va enriqueciendo su sugestiva premisa inicial para lanzarse, a mitad de metraje, a una de las travesías, físicas y emocionales, más intensas e imprevisibles del cine reciente. Lo que empieza como uno de tantos desencuentros entre la cultura urbana y la rural –desencuentro de especial magnitud en la China contemporánea– se transforma progresivamente en una indagación primero misteriosa y más tarde melancólica en el pasado, los vínculos afectivos y la capacidad de erosión de la modernidad. La película va renunciando a sus primeros planteamientos narrativos e incluso a la mera semblanza realista para terminar componiendo un relato que se mueve entre lo onírico y lo alegórico sin por ello perder claridad discursiva. Yang construye para los personajes y la audiencia un engranaje de laberíntica fascinación en el que vale la pena perderse. GABRIEL DOMÉNECH

Pig
Mani Haghighi.
Irán, 2018. 108 min.

Hasan está lleno de rabia. Por figurar como director en una lista negra, no se le ha permitido hacer una película en años. Su actriz predilecta, Shiva, está impaciente y quiere trabajar con otros directores. Su esposa Goli parece haber dejado de quererle. Su hija Alma ha crecido y es independiente. Su vieja y querida madre está perdiendo la cabeza lentamente. Si al menos pudiera hacer una película, consideraría contratar a su atractiva acosadora Annie.

Afilada hasta el extremo en su visión política y profundamente lúdica en su construcción, Pig, nueva genialidad de Mani Haghighi, observa la frágil posición social de los artistas en Irán mediante una trama delirante. Un asesino en serie está acabando con la vida de los cineastas más prestigiosos del país. Su protagonista, Hasan, realizador censurado y condenado al ostracismo por el gobierno, pasa de temer ser la siguiente víctima a sentir celos por no convertirse en uno de esos mártires. Pig lleva al extremo la comedia absurda para criticar la egolatría de los creadores en el contexto de una nación envuelta en una imparable paranoia alimentada por los medios de comunicación y las redes sociales. JAVIER H. ESTRADA

Orphan’s Blues
Riho Kudo,
Japón, 2018. 89 min.

Emma vive en un mundo donde hace mucho calor. Un día recibe un cuadro de Yang, un amigo de la infancia con el que creció y a quien ha perdido la pista. Emma y el hermano menor de Yang, Van, organizan un viaje para ir a buscarlo. A medida que encuentran gente que conoce a Yang, Emma cada vez se olvida de más cosas.

Entre las muchas particularidades que atesora la cinematografía japonesa, el subgénero del “seishun eiga”, la película de jóvenes, no ha sido el que más ha viajado fuera de las pantallas locales, quizá por atenerse a una serie de convenciones y vínculos con su contexto inmediato que no se perciben con igual nitidez en otros ámbitos culturales. No es el caso de la penetrante ópera prima de Riho Kudo, joven cineasta cuya Orphan’s Blues narra, con un sorprendente equilibrio tonal entre mesura y violencia contenida, el viaje físico y, sobre todo, emocional de un grupo de veinteañeros en busca de un asidero para sus precarias existencias. Tomando como hilo conductor a la desmemoriada Emma, personaje que en cierta forma recoge, para cuestionarlos, algunos tropos del “seishun eiga” –la protagonista frágil obcecada en alcanzar el afecto de la inaccesible contraparte masculina– , asistimos a un retablo de vidas huérfanas, inasequibles a la soledad o la marginación, retratadas desde la solidaridad y la empatía. GABRIEL DOMÉNECH

Sea of Lost Time
Gurvinder Singh.
India, 2018. 45 min.

Sea of Lost Time es una alegoría situada en un tiempo y espacio indefinido que evoca el realismo mágico de Gabriel García Márquez inspirándose en sus personajes de ficción. Un soldado regresa de la muerte a un pueblo costero. Rememora su pasado, el tiempo que ha perdido estando fuera, que parece un mar entre el pasado y un desmembrado presente.

La última película de Gurvinder Singh ofrece no pocos alicientes para incluirla en un hipotético catálogo que reuniese los mejores filmes «no finalizados» de la historia, si entendemos por ello todo producto cinematográfico cuyo acabado final o disponible, por las razones que sean, no coincide con el prefigurado o inicial. El director indio, asistido por un equipo de estudiantes del Instituto de Cine y Televisión de India en Pune, llevaba a cabo una versión libre del cuento homónimo de Gabriel García Márquez cuando el arbitrio de las autoridades locales paralizó el rodaje. Lo que ahora se proyecta es el montaje de los fragmentos que se han preservado de este largometraje arruinado. Su circunstancia, sin embargo, no es óbice para alcanzar la condición de obra maestra. Con una puesta en escena tan sobria como poderosa, la franqueza conmovedora de los relatos sencillos y su narración lírica del dolor y la regeneración de las víctimas, Sea of Lost Time demuestra que una película incompleta también puede ser una película perfecta. RAMÓN DEL BUEY

Winter’s Night
Jang Woo-Jin.
Corea del Sur, 2018. 93 min.

Eun-ju y Heung-ju, una pareja de mediana edad, visitan el templo Cheongpyeong de Chuncheon, donde pasaron su primera noche juntos hace 30 años. Volviendo del templo Eun-ju descubre que ha perdido su teléfono. Debido a imprevistos de última hora, un matrimonio coreano se ve obligado a permanecer una noche más en su destino, al norte del país.

Debido a imprevistos de última hora, un matrimonio coreano se ve obligado a permanecer una noche más en su destino, al norte del país. Treinta años antes visitaban ese mismo lugar como dos jóvenes enamorados, pero ahora afrontan estas horas extra desde un amor cansado y que se resquebraja como el hielo. El director coreano Jang Woo-Jing se sirve del ambiente nocturno para transformar la expresividad del paisaje y sus sonidos, insuflándoles un aura mágica, irreal. Esa noche los tiempos pasado y presente parecen disolverse para que mujer y esposo encuentren su personal espejo y puedan reevaluar el camino andado. En algún momento, la presencia del soju podrá hacer pensar en Hong Sang-soo, pero la reflexión sobre las grietas afectivas causadas por el paso del tiempo remite a la extraordinaria Copia certificada (Abbas Kiarostami, 2010), aunque aquí la melancolía tenga un delicado poso de invierno y noche. ANDREA MORÁN

Sesiones Especiales

Season of the Devil
Lav Diaz.
Filipinas, 2018. 234 min.

A finales de los setenta, grupos paramilitares aterrorizan un pueblo remoto en Filipinas. El terror infligido en los ciudadanos no solo es corporal, sino intensamente psicológico. De manera constante alimentan rumores falsos acerca del líder de la zona. Una minoría resiste y se niega a abandonar. El poeta, profesor y activista Hugo Haniway busca con desesperación la verdad acerca de la desaparición de su esposa.

Lav Diaz ha definido Season of the Devil como un “antimusical” y una “ópera rock”. El gran autor filipino sitúa su historia a finales de los 70, periodo especialmente cruento de la dictadura de Ferdinand Marcos, tomando como base las actuaciones de las milicias populares que pretendían erradicar cualquier rastro de comunismo. Cada uno de los personajes expone sus pensamientos y emociones por medio de canciones tan cargadas de lirismo como despojadas de adornos, estableciendo un espejo inequívoco con la realidad actual de Filipinas bajo el mandato autoritario de Rodrigo Duterte. Diaz dinamita los códigos del género para desarrollar un imparable discurso por la libertad, todo ello con su cruda y deslumbrante composición del blanco y negro, y un tiempo que se expande hasta alcanzar la más profunda representación de la brutalidad y la inquietud del ser humano. JAVIER H. ESTRADA

Vanguardias Live

Memento Stella
Takashi Makino.
Japón, Hong Kong, 2018. 60 min.

Memento Stella es el segundo mediometraje, nueva obra maestra de Takashi Makino, terminada en 2018. Esta película (luz), que ha sido rodada en muchos países y terminada en Hong Kong, se devuelve al mundo de nuevo. La banda sonora original está realizada por el músico holandés Reiner Van Houdt, pero en esta ocasión tendremos una proyección especial en la que el propio Makino creará la música en directo. Esta experiencia se realizó en enero de 2018 en la galería URANO (Tokyo), pero únicamente con las dos primeras partes de la película. En la Casa Encendida podrá escucharse, por primera vez, la performance sonora durante todo el metraje. Con el sonido en directo, Makino genera una nueva vida y una nueva interpretación de estas imágenes profundas, orgánicas y casi eternas.

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