Hace ya unos días que finalizó la edición número 28 del Festival de Cine Fantástico de la Universidad de Málaga, el FANCINE 2018, y, como sabréis, pudimos escaparnos unos días para disfrutar de algunas películas, algunas conversaciones y un par de paseos por el centro de Málaga, algo que siempre es un placer. Hoy os traigo la primera, de un total de dos, crónica asiática con lo que pudimos disfrutar durante el festival.

La primera película asiática que vimos durante el festival fue la china Ash, segundo trabajo de ficción del director Li Xiaofeng tras Nezha, un drama sobre dos jóvenes amigas que años más tarde de separarse intentan localizarse, habiendo desaparecido una de ellas, y que ganó el premio New Currents en el festival de Busan. En este caso el director retoma un juego parecido de pasado y presente, pero en torno a un thriller bastante oscuro y visual.

La acción comienza con un asesinato en Chongqing investigado por el detective Chen Weikun. El fallecido, que apareció con la garganta cortada en un teatro local, era Ma Xudong, un borracho violento que maltrataba a su familia. El principal sospechoso su hijo Xu Feng, que odiaba a su padre, pero que no puede ubicarse en la escena del crimen. Tras esto pasan repentinamente 10 años y nos encontramos con el famoso cirujano Wang Dong, que celebra su aniversario junto a su esposa. Un día recibe la visita de un paciente extraño y callado, que el propio cirujano reconoce del pasado. La cinta se entretendrá entonces en contarnos que relación existe entre estos dos personajes, e hilar, por supuesto, todo este asunto con esa introducción criminal. Este tipo de guiones de vidas cruzadas no es original per se, pero se narra de una forma interesante, manteniendo la tensión a fuego lento en una especie de estructura capitular.

Si por algo destaca la película es por su apartado visual, inundado de elementos artísticos y cuasi experimentales: tomas de cámara desde ángulos curiosos o que cambian durante las conversaciones, juegos tonales de colores en función del momento o los sentimientos que se quieran resaltar, narración no lineal, efectos de sonido en momentos clave, cambios de foco en las escenas… El uso de todos estos elementos realza lo sombrío del resultado final y da una peculiar fuerza visual al conjunto, si bien también representa su mayor problema. El director a veces se pierde en estos elementos, dejando un poco coja la narración de la historia. No es bueno abusar de un mismo recurso y repetirlo varias veces sin que se use expresamente dentro de la narración, porque entonces lo vemos venir y ya no posee la fuerza que pretende. Esto sucede en algunos momentos, y hace que parezca que se esta trabajando en lo visual por puro exhibicionismo, sin que aporte realmente nada.

Pero no me entandáis mal, esto es solo una pequeña sensación que no desmerece especialmente el interesante ejercicio que Li Xiaofeng nos presenta. Durante la presentación de la película en el pasado Festival Internacional de Cine de las Palmas de Gran Canaria, el director comentaba lo siguiente, y con esto cerraré estas líneas, sobre como veía su propia película; “hay un contraste entre un personaje de estratos bajos que desea salir del pozo y otro de clase alta que desea aumentar su poder, con esto quería reflejar lo que era la China de final de Siglo XX, que sufre cambios muy rápidos, y en donde mucha gente decide hacer lo que sea necesario para conseguir sus objetivos, aunque no sea lo correcto”.

Nuestra siguiente película, ya de madrugada, fue la cinta de animación coreana My Bad Boss. Eromantic Thriller, esto rezaba en el “explicito” cartel que estaba en la entrada del cine Albeniz y que creo fue uno de los más fotografiados del evento. Si esta película estaba en el festival y estaba en la sesión nocturna, por algo sería, y tanto que fue.

Basada en un webtoon para adultos del mismo título, el guión nos presenta a Seung-gyoo, empleado de élite, guapo y que vive una vida de éxitos a pesar de esconder un pasado oscuro. Un día reaparece en su vida Min, un joven en prácticas en la propia empresa, que antaño fue el principal artífice del oscuro pasado de Seung-yo debido a una deuda. Este, totalmente despechado, decide ligarse a Yeong-jo, la actual amiga intima de Min y también empleada de la empresa, para vengarse de él.

He de reconocer que tenía miedo, no sabía que esperar y entré a la proyección con ciertas reticencias. Este tipo de animación coreana siempre me recuerda a series de adolescentes muy orientadas a internet. Que demonios, me recuerda al Virtual Hero del Rubius, y es cierto que el estilo de animación, no los personajes o la historia, tiene ese aire. Pero luego comienza la película y se abre directamente con una escena de sexo explícito, y ya ves que la cosa no va precisamente para adolescentes. Dejando a un lado la animación, que esta bastante bien una vez pasa esa sensación inicial que comentaba anteriormente, uno se introduce en su rocambolesca historia, digna de un culebrón erótico, y se disfruta muchísimo. Se juega de forma desmesurada con la doble moral, con como personajes que deberían ser “malos” actúan movidos por su propio sufrimiento, de como el amor llega a cambiar de bando y los que en principio requerían nuestra simpatía, acaban siendo los peores de toda la película. Un juego de morales y cambios que te mantienen interesando, viendo a ver por donde van a salir a continuación. Salvando mucho las distancias me recordó a The Fake, esa maravillosa obra de animación coreana donde todos los personajes tenían una moral reprobable, y donde el único que tenia razón y que quería desenmascararlo todo, era el más cabrón de todos y era imposible empatizar con él. Esto no llega a aquello, pero juega a un juego parecido.

Hay que entrar en su animación y su historia, pero me resultó sorprendentemente entretenida, a pesar de las horas a la que la vi y de su metraje de más de 100 minutos. Una cinta muy curiosa.

Nuestro segundo día, el domingo, no vimos nada asiático, pero por contra recuperamos algunas películas occidentales realmente destacables como la francesa Au Poste, o la magnífica Border, que resultaría ganadora del festival. Durante estos días de festival los compañeros de CineAsia proyectaban el ciclo Classic Asia, con una serie de proyecciones que iban acompañadas de presentación y cineforum tras la película. Los asistentes pudieron disfrutar de clásicos como Las Lágrimas del Tigre Negro, Battle Royale o The Host, pero precisamente el domingo se puso una pequeña maravilla proveniente del sur de la india, la excéntrica Eega.

Eega tiene como protagonista a una mosca. La cinta comienza con la típica historia de cortejo y romance no correspondido entre chico y chica que tan común es en el cine indio. En cierto momento un empresario triunfador, que se jacta de tener todo lo que quiere, se encapricha de la joven e intenta ligarsela. Al ver que esta está más pendiente del joven, ya que por fin ha descubierto su amor por él, este malvado empresario, en un oscuro giro de los acontecimientos, lo mata. El amor siempre perdura, y el joven se reencarna en una mosca que recuerda su odio hacia su asesino y se dedicará ha hacerle la vida imposible con la intención de matarlo.

Una premisa tan excéntrica como que el protagonismo recaiga en una mosca puede echar a muchos para atrás, o hacer pensar a otros que la película sobrepasará con creces el límite de la serie B hacia derroteros insospechados, pero nada más lejos de la realidad. Esta cinta sorprende por su magnífica realización y sus grandes efectos visuales. La mayor parte del tiempo la mosca es simplemente eso, una mosca, que se detiene en la nariz del malvado villano o lo saca de quicio con diferentes fechorías dignas de… eso… una mosca. Luego, en otros momentos, y en la recta final de la producción, se da rienda suelta a una buena dosis de locura de lo más divertida, llegando a ver un número de baile protagonizado por nuestro amigo alado, o con detalles delirantes pero puramente de género y muy bien realizados. Esto es acompañado por un papel muy sobreactuado, pero que llegó a tener premio, del villano de turno, interpretado por Sudeep Sanjeev.

Si os gusta el cine de aventuras y acción, con un toque excéntrico y divertido, no dejéis pasar esta película, no os arrepentiréis.

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