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Continuamos nuestro repaso asiático a todo lo que pudimos ver en nuestro viaje al Udine Far East Film Festival. Hoy seguimos de forma cronológica con lo que pudimos ver el día 27 más alguna cosa que se nos había quedado pendiente, una crónica compuesta por cine clásico coreano, el blockbuster del año pasado en japón, una comedia muy hongkonesa y la mayor decepción del cine de acción en años, el hype desinflado. Vamos a ello.

flame in the valley

Flame in the Valley
Kim Soo-yong, 1967

Siempre es un lujo poder ver una película clásica restaurada y recuperada de un país como Corea del Sur, que debido a su convulsa historia de dictaduras militares, no siempre ha tenido un acceso sencillo a su propia cinematografía. En este aspecto Undine siempre ha tenido una buena relación con el Korean Film Council y esto nos ha permitido disfrutar de esta producción.

Nacida como una obra de teatro estrenada en 1962 en el Teatro Nacional, nos traslada a la década de 1950 durante la Guerra de Corea a un pequeño pueblo rural del suroeste del país. Aquí solo viven mujeres y niños, perdidos todos los hombres en la Guerra o en los reclutamientos forzosos. Un día un desertor del Ejercito de Corea del Norte se refugia en el bosque de bambú cercano al pueblo. Una viuda (cuyo marido luchó en le Sur) se lo cruza y comienza una relación entre ellos, pero otra viuda (cuyo marido lucho por el Norte) descubre su secreto.

La obra de teatro original mostraba de forma indirecta los daños provocados por la guerra representados en esa aldea donde solo quedan mujeres, además de un mensaje anti-comunista en la relación de las dos viudas. En la película Kim Soo-yong se aleja de la crónica social y del mensaje ideológico para centrarse en otros aspectos como el deseo o la naturaleza humana, temas que otros realizadores como Kim Ki-young también trabajarían de forma muy insistente.

La potente fotografía en blanco y negro, las impresionantes localizaciones, una banda sonora escasa y concreta, casi inquietante, y un ejercicio dramático con un buen manejo de la tensión y una forma de tratar a los personajes muy particular hacen de esta película un ejercicio cinematográfico digno de verse si quiere descubrirse el cine clásico coreano.

The Eternal zero

The Eternal Zero
Takashi Yamazaki, 2013

Unos de los grandes éxitos de taquilla japoneses, dentro del top 10 de mayor recaudación de la historia del país, y flamante ganadora de esta edición del Far East Film Festival, The Eternal Zero es la adaptación de la novela “Eien no Zero” de Naoki Hyakuta. Su director, Takashi Yamazaki es bien conocido por sus adaptaciones de mangas como Returner, Space Battleship Yamato o Always.

Durante el funeral de su abuela, Kentaro Saeki, interpretado por el joven Haruma Miura, se entera de que Kenichi Oishi, el hombre que creía su abuelo no lo era en realidad. Kentaro y su hermana Keiko, encarnada por Kazue Fukiishi, se embarcan entonces en la búsqueda de su verdadero abuelo, Kyuzo Miyabe, magníficamente interpretado por Junichi Okada, que murió como kamikaze durante la Segunda Guerra Mundial. Conversando con antiguos veteranos de guerra todo parece apuntar a la falta de honor y cobardía de su abuelo, pero la investigación desvelara toda la verdad.

Takashi Yamazaki construye un drama humanista en torno a la figura de Miyabe, un hombre tildado de cobarde solo porque deseaba volver con su familia, que era lo que mas le importaba en el mundo, un hombre que veía la guerra como una atrocidad que haría perder a toda una generación de jóvenes japoneses, un hombre capaz de aceptar su destino solo cuando estuvo seguro de que lo que mas quería estaba a salvo. Para unos una especie de alegato antibelicista, para otros un cine aparentemente propagandístico que honra el valor y estoicismo de los soldados, por encima de la glorificación de la propia guerra, como ya hicieran en su día clásicos como Tomotaka Tasaka y Keisuke Kinoshita.

El director se aleja de los artificios mostrados en otras obras suyas y las escenas de guerra son escasas, centrándose más en mostrar los valores de Miyabe y como influye en sus compañeros y alumnos. Aún así las escenas de aviación son buenas, sin alardes pero con grandes momentos. Digamos que Yamazaki interpreta las ideas de la novela original más en el corte de su propio melodrama “Always”.

Es comprensible que haya gustado en Japón, dado que tira directamente de historia y sentimientos muy relacionados con el país. También es comprensible que no guste demasiado en los países limítrofes, por motivos similares. La cosa es que es una gran película, que no abusa de nacionalismos ni belicismos y que muestra una historia humana y universal.

Golden Chickensss

Golden Chickensss
Matt Chow, 2014

Hace más de 10 años Sandra Ng dio vida a Kam, una entrañable, optimista y aguda prostituta con una malsana obsesión con Andy Lau. Golden Chickensss es la tercera parte de la saga iniciada en 2002, pero realmente sin una continuidad real, en donde vemos que Sandra Ng sigue en plena forma.

Las prostitutas en Hong Kong son llamadas Chickens en el argot local. Kam es una veterana madam que a pesar de tener ya cierta edad es reconocida y hace su trabajo con buen hacer y preocupación por sus clientes. La película comienza con una serie de gags y viñetas explicando que es eso del
“oficio más antiguo del mundo”, unas escenas llenas de cameos, destacando a Donnie Yen haciendo de Ip Man, y muy muy divertidas. Después de esto nos centraremos en la vida de Kam, que ha ascendido desde el autoempleo a una madam de pleno derecho, y su variopinto grupo de chicas.

La película mezcla gags subidos de tono con una parte de comedia mas sentimental, pero donde predomina un humor muy local, en donde se hacen multitud de referencias que tienen más gracia si se conoce el contexto Hongkonés de donde provienen. Igual sucede con muchos de los cameos que aparecen y que juegan con la ironía de los personajes que encarnan, dstacando uno de Louis Koo haciendo de imitador de Louis Koo, genial. Aún así la película funciona muy bien aunque uno no tenga claros muchos de los chistes que se construyen en ella. El punto irónico y mordaz es quizás su gran baza.

Este año en Udine hemos visto muchas comedias, esta tuvo la suerte de ser la primera de ellas y yo al menos me reí mucho con ella a pesar de ser consciente de que me perdía más de un chiste. Tras esta vimos algunas que no tenían realmente mucha gracia, pero ya hablare de eso en su momento.

The Raid 2

The Raid 2
Gareth Evans, 2013

The Raid fue una de esas películas minoritarias que creció como si fuera un monstruo gracias a las nuevas tecnologías, creando una expectación inusitada por las imágenes que nos habían ofrecido las redes sociales. Luego no defraudo, y es, a efectos prácticos y a pesar de que no ha inventado nada que los hongkoneses no hubieran inventado ya, una de las grandes películas de acción de la última década, cruda, directa, que iba a lo que iba y ofrecía lo que prometía. Esta segunda parte sin embargo es un ejercicio pretencioso, mal realizado y aburrido, donde Gareth Evans se ha perdido en estilismos y guiones vacíos y ha olvidado la esencia que lo ha llevado a donde está.

En The Raid 2 se ha querido dar mucha más importancia a un guión y una historia que en la primera parte, donde la acción lo copaba prácticamente todo. Esto no sería malo si el guión no fuera vacío e insustancial, si la historia no fuera algo mil veces visto, mal desarrollado y en general aburrido. Una historia manida y a veces estúpida, que evoluciona hacia una especie de adaptación de un mal cómic cuando quiere superarse a si misma para ofrecer lo que el “fandom” espera y se plaga de asesinos estrambóticos o un “malo” en mi humilde opinión ridículo. A esto se le unen los estilismos, los recursos visuales y la forma de tratar muchas escenas, que si bien buenas por separado, juntas hacen una especie de batiburrillo sin pies ni cabeza, como si Gareth fuera el típico director de cortos que toma escenas grandiosas y recursos de muchas películas, las junta y hace un engendro que en el fondo no tiene nada de original o atractivo. El director quiere ser alguien que no es.

¿Pero que estoy diciendo? Si lleva el nombre de The Raid queréis acción y no tontunas de guión aunque estas ocupen más de una hora y media de metraje ¿no?. Pues acción hay, pero no el festival de la primera parte, sino que aquí las escenas se mezclan con la historia, lo cual hace que cuando crees que va a empezar fuerte, siempre se vuelva a parar y te deje un poco a medias. Parte de la acción además está muy desaprovechada, peleas metidas porque tocaba sin mucha relación con lo que esta pasando. Si quieres una historia, se consecuente con ella. A efectos prácticos la acción es mucho más salvaje que en la primera parte, cosa que a mi al final me saturó un poco, porque si en la tercera hostia dislocas un brazo, en la quinta incrustas una cabeza en una tubería y en la décima rajas una pierna de abajo a arriba… ¿que te queda para las dos horas y diez minutos restantes? Pues mas de lo mismo en cantidades industriales. En mi opinión The Raid lo tenia más equilibrado y ajustaba mejor la acción para sorprender, además de que estaba menos manipulada digitalmente, que en esta segunda parte bufffff.

“Pero eres un criticón, acción hay y mucha”, es cierto, acción tendréis y es lo único salvable de la película, sobre todo esa primera introducción en los lavabos de la cárcel, la persecución en coche que es impresionante y brutal, y parte de la pelea final, que al menos tiene una coreografía más o menos visible. También cierto enfrentamiento con unos productores de películas porno tiene buenas escenas.

En definitiva, que los momentos de acción que pueden ser interesantes no salvan una película pretenciosa, vacía y aburrida en general, una película donde Gareth Evans quiere ser un director que no es y (parafraseando a Enrique Garcelan) “ha quedado atrapado en en un traje que no es el suyo, ha querido ser “fashion”, cuando a diario te vistes con bermudas y camiseta de manga corta.”

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