Con esta entrada concluimos oficialmente nuestro repaso a todo lo que pudimos ver en el pasado Festival Internacional de Cinema Fantastic de Catalunya, Cinema Sitges 2012, que no fue poco. Hoy cerramos con la animación de Children Who Chase Lost Voices y War of the Worlds: Goliath, con lo último de Kitano en Outrage Beyond y con el blockbuster coreano The Thieves, sin olvidarnos de Mekong Hotel y Henge. Pero esto no es todo lo que ha dado de si nuestro festival ya que a partir de ahora, y sin fecha de salida, comenzaremos nuestro Sitges Extra, donde comentaremos películas que se pudieron ver en el festival pero que no pudimos ver in situ y estamos viendo por otros medios. Como siempre os digo, si estas pequeñas, y a veces nada correctas, crónicas os han servido de algo, el trabajo estará más que pagado. Adelante con ello.

Children Who Chase Lost Voices

Japón, 2012
Director: Makoto Shinkai
Duración: 116 min.

Makoto Shinkai es uno de los mejores animadores de la escena japonesa, y este tercer largometraje lo confirma sin apelativos ni excepciones. Animador tradicional, que gusta de las técnicas clásicas y que se encarga de todas las facetas de la animación en cada una de sus películas, de ahí que tarde tanto tiempo en llevar sus proyectos a buen término, para muchos (entre los que me incluyo) está ya a la altura de los más grandes animadores de Japón.

En esta nueva película nos encontramos con Asuna. Antes de morir, su padre le dio una peculiar radio de cristal. Con ella sube a la montaña para sintonizar extrañas melodías. Un día un monstruo ataca a Asuna, siendo rescatada por Shun, un joven procedente de la dimensión paralela de Agartha. Deseando volver a reencontrarse con su nuevo amigo, Asuna le pedirá ayuda a su maestro para encontrar la manera de entrar en este mundo mítico.

Shinkai cambia un poco de registro con respecto a sus películas anteriores para acercarnos a un mundo fantástico muy del estilo del que tantas veces hemos visto en el universo Ghibli, pero controlando su acercamiento de una forma más natural y menos recargada de elementos puramente fantásticos. Siguiendo la comparación, el acercamiento narrativo también es más profundo y trascendental, orientándose a un público más adulto que no necesita lecciones de moral al final de la película, pero si reflexionar durante su trascurso. Temas como la muerte, la resurrección o la búsqueda de lo imposible marcan el trascurso de la historia cargándola de momentos interesantes que beben en parte, como es normal, de la mitología local.

Antes hablaba de como considero a Shinkai uno de los mejores animadores del momento, y es que si algo tiene el japonés es que sabe perderse, y perdernos, en tremendos planos, paisajes, en momentos donde parece que nada está sucediendo en pantalla pero que realmente nos trasporta al ambiente, al sentimiento, que nos pretende acercar. A todo esto hay que unir una animación impecablemente realizada, cargada de detalles y perfectamente desarrollada.

En definitiva, una animación impecable que no debería dejaros indiferentes si os metéis de leno en ella, esto mezclado con una historia con ciertos toques Ghibli pero que se desarrolla de forma bastante diferente, quizás le sobre un poquito de metraje, pero eso no importará si la disfrutais como yo lo hice.

Para terminar he de hacer mención al horrible pase que pudimos ver en Sitges. Con una sala llena hasta arriba, tanto que tuve que sentarme en una esquina de la segunda fila del cine, empieza la película y cual es mi sorpresa al ver que es un DVD, si un DVD con sus pixeles y sus macrobloques y todas sus cosas. Sentado tan cerca la cosa era evidente y comentando con mis compañeros de visionado solo pudimos obtener esa respuesta. Supongo que si Sitges pone un DVD o algo de tan ínfima calidad que se le parecía, habiendo pagado 8 euros la mayoría del publico, es porque algo grave pasaría o era lo único que tenían, pero es triste ver eso en una película como esta que merecía la mayor calidad posible dado el alto nivel de animación que tenía…

War of the Worlds: Goliath

Malasia, Japón, USA
Director: Joseph Pearson
Duración: 86 min.

Goliath es una de esas películas que uno descubre por internet casi por casualidad y que le llaman la atención desde muy temprano, ya sea por su interesante premisa, por ver que tipo de animación se utilizaba o incluso por provenir de un país tan exótico como es Malasia, aunque con producción japonesa y sobre todo americana.

Goliath nos propone regresar a la época de la “Guerra de los Mundos” de Wells, mostrándonos un futuro distópico en que el éxito de los humanos en contra de sus invasores les ha proporcionado un adelanto tecnológico inusual. 15 años después de estos sucesos los extraterrestres se han rearmado y deciden volver a atacar la tierra, pero los humanos tienen una serie de armas destinadas a combatirlos y un grupo de hombres para manejarlas. Entre ellos un joven que ha perdió a su familia durante el primer ataque y ahora busca venganza.

Película que combina animación 2D y 3D de una forma bastante correcta, muestra unos interesantes diseños de personajes pero una animación un poco fría y estática. El guión, a priori interesante, pronto se deja en una historia típica y previsible de venganza, camaradería y acción, porque salvo la presentación de los personajes, el pequeño punto dramático y las interrelaciones que surgen en un principio, todo se basa en la acción, explosiones y combates. Mención aparte hay que hacer la banda sonora, que curiosamente esta inspirada en parte en un musical que se realizó sobre la propia Guerra de los Mundos y que ha estado años en cartel.

Y no hay mucho más que decir, una película entretenida si, pero sin un publico objetivo claro (nos es infantil debido a su temática y los diálogos, no es para adultos debido a su simpleza y el centrarse en la acción). Para pasar el rato no es una mala opción.

Outrage Beyond

Japón, 2012
Director: Takeshi Kitano
Intérpretes: Beat Takeshi, Toshiyuki Nishida, Tomokazu Miura, Ryo Kase
Duración: 110 min.

El final de Outrage parecía definitivo, cerrado… pero no, Otomo vuelve a la carga tras salir de la cárcel para enfrentarse al clan Sanno, que le había dado por muerto años atrás. Pero su llegada esta marcada además por una lucha entre clanes rivales y la ofensiva general de las fuerzas del orden contra la yakuza.

Ya comentábamos cuando hablábamos de Outrage en las crónicas de Sitges 2010 como Kitano había cambiado radicalmente el registro de su cine de Yakuzas, tomando un acercamiento mucho más clásico y cercano al cine de género de los 70. En este tipo de películas solía predominar la trama de traiciones y luchas entre clanes, se solían mostrar Yakuzas que dejaban atrás el código de honor para convertirse en verdaderos criminales. Kitano traía estos conceptos al ámbito contemporáneo y los tomaba a su ritmo, mezclándolos golpes de factura propia como las imaginativas formas de tratar la violencia.

En esta segunda parte la cosa es todavía más clásica que en la anterior, se deja de lado incluso cierto tipo de violencia, aunque no los característicos arrebatos de la misma que marcan algunas escenas clave de la película, para mostrarnos una profunda trama de corrupción y traiciones, donde la yakuza y la policía son tan próximas a veces que no se distingue una y otra. Un juego con personajes que traman todo en función de sus propios intereses, y un Otomo que se ve inmerso en una guerra cuando el solo quiere quitarse de en medio.

Técnicamente la película es muy buena, rodada de forma tranquila y pausada, de una forma muy clásica, pero estilistamente muy conseguida y trabajada. También hay que destacar el gran reparto que ha conseguido reunir Kitano para la película, como el Ryo Kase dando vida a Ishihara, Tomokazu Miura como el jefe Kato o Fumiyo Kohinata, todos ellos ya presentes en la primera parte.

“Outrage” y “Outrage Beyond” han de verse como un todo, una buena expresión de cine de Yakuzas clásico que como ya dije anteriormente no aporta mucho al género realmente, pero es una buena experiencia cinematográfica para los aficionados. Atentos al final dela película, antológico.

The Thieves

Corea del Sur, 2012
Director: Choi Dong-hoon
Intérpretes: Kim Yun-seok, Kim Hye-soo, Lee Jung-jae, Gianna Jun, Simon Yam
Duración: 135 min.

Choi Dong-hoon es un director que ya es un veterano en Sitges, ya hemos visto cosas como “Tazza” o “Woochi” en ediciones anteriores del festival y este año nos trae el que ha sido el Blockbuster más taquillero de la historia de Corea del Sur, ahí es nada.

Popie y sus compinches viajan a Macao para un trabajo. Cuando llegan, descubren que el que está detrás del golpe no es otro que el antiguo socio de Popie. El plan es robar un diamante que vale una fortuna y que es conocido como la “lágrima del sol”. Lo que ninguno de ellos sabe es que cada uno tiene su propio plan. Un thriller de acción, mentiras y guantes blancos.

“The Thieves” es una película de ladrones y robos que muchos gustan comparar con la saga de “Ocean’s” que pero bebe realmente de películas más clásicas de este sub-género, de las que también bebía la ya nombrada. Un collage de robos, ingeniosos utensilios, alianzas, traiciones, diálogos llenos de humor e ironía, personajes carismáticos, giros de guión y acción orientado al puro entretenimiento más que a la total verosimilitud o linealidad de su desarrollo. Cine de evasión perfectamente realizado que presenta un guión bastante interesante, donde cada personaje tiene su pequeño papel y su caracterización, con giros y cambios de ritmo para nada desdeñables, aunque a veces previsibles. La cinta comienza como ya hemos comentado, como una película de robos y ladrones donde dos grupos diferentes deberán colaborar para cometer el gran asalto, pero pronto surgirán las rivalidades, las traiciones y la película ira girando hacia el punto dramático para ir aumentando en acción conforme se acerque el final de la misma.

Choi ya nos ha demostrado su gusto por el género de los estafadores o engaños, ahí esta “Tazza”, y también por incluir una buena cantidad de personajes en sus película, pero aquí se luce con un reparto que navega entre Corea y Hong Kong y que toma actores de primer nivel de ambas cinematografías. De la parte coreana nos encontramos a Kim Yun-Seok, Kim Hye-soo, Lee Jeong-jae, Kim Soo-hyun, Jeon Ji-hyeon, Kim Hae-sook y Oh Dal-soo, y por la parte hongkonesa nos encontramos a Simon Yam (Sparrow, PTU), Derek Tsang y Angelica Lee. Un elenco espectacular.

Con una gran calidad en su realización, como es normal en el cine coreano, una dirección ágil, un acción trepidante y un grandisimo elenco, esta película hará pasar un buen rato al aficionado que busque diversión y entretenimiento.

Mekong Hotel

Tailandia, 2012
Director: Apichatpong Weerasethakul
Intérpretes: Jenjira Pongpas, Maiyatan Techaparn, Sakda Kaewattana, Chai Bhatana, Chatchai Suban
Duración: 57 min.

La última producción de Apichatpong Weerasethakul se encuadraba dentro de un programa doble que resulto de los más desconcertante, ya que mezclaba este punto existencialista y visual, con un cortometraje con categoría casi de vídeo musical lleno de tiros, sangre y pura acción y la japonesa Henge, sobre un hombre que va convirtiéndose en monstruo con un regusto cybrerpunk “nueva carne” de la que hablaremos ahora después. Un refrito solo explicable por rellenar la escasa duración de ambas producciones principales.

Ya el año pasado salimos de ver Uncle Boomee… con esa sensación de vacío que te deja una película que ni te llega, ni entiendes, aunque visualmente si que me llamo la atención. Ya lo dije en su día, Apichatpong es alguien mas cercano al vídeo arte que a la narración cinematográfica clásica, con lo cual suele hacer cine más de sensaciones que de comprensión. Además en sus últimas producciones suele montar espectáculos multimedia, ya que a la propia película la acompañan montajes artísticos, exposiciones y demás, lo cual realza todavía más ese concepto de videoarte con el que trabaja.

Rodada durante la época de inundaciones en Tailandia, la película transcurre en un hotel con vistas al río Mekong, donde se alojan, entre otros, una vampiro. La cinta trascurre entre el documental y la ficción de forma natural y cotidiana, tirando de conceptos fantásticos del flocklore local y combinándolos con esa visión costumbrista que suele dejarnos el realizador. Por ahí también surge una historia de amor, una banda sonora totalmente realizada con guitarra acústica en una especie de concierto en vivo de un amigo del Apichatpong con el que comienza la película, ese vampiro visto como una especie de ente sin cuerpo que va poseyendo a diferentes personajes (lo cual es un poco desconcertante) y un plano final que me pareció casi una tomadura de pelo, porque en una cinta de escasos 50 minutos permitirte el lujo de dejar una cámara fija enfocando un río donde no pasa absolutamente nada durante 5, que me parecieron 10 o más, minutos, es sobrarse bastante.

A mi me aburrió soberanamente, pero en fin, que es muy Apichatpong, si has visto algo suyo y no te gusta no la veas, si has visto algo suyo y si te gusta pues igual hasta te gusta. Yo solo se que Apichatpong y yo no congeniamos artísticamente hablando, pero seguramente, tonto de mi, volveré a ver la próxima película que lleve a Sitges, ¿por qué no?

Henge

Japón, 2012
Director: Hajime Ohata
Intérpretes: Kazunari Aizawa, Aki Morita, Teruhiko Nobukuni
Duración: 54 min.

Yoshiaki y Keiko forman la pareja perfecta. Solo hay un pequeño problema: Yoshiaki tiene un lado oscuro y violento. Bajo hipnosis, habla extraños idiomas; así que el médico que lo trata no cesa de insistir en que sea hospitalizado. Keiko, sin embargo, se niega; pues no quiere abandonar a su marido. Esta decisión les costará más de un susto, ya que el poso violento de Yoshiaki irá en aumento. Keiko se dará cuenta de lo que realmente significa haberse casado con un monstruo.

Henge es un relato de terror monstruoso que particularmente me llamó la atención desde que vi su trailer semanas antes del festival, un relato que estilisticamente me ha recordado muy mucho a esos primeros compases del Cyberpunk japones allá por los 80 y sobre todo a cosas como el Tetsuo de Shinya Tsukamoto. Bueno no es Tetsuo, no busca lo mismo y no tiene la fuerza y pretensiones de aquella, pero si que deja ese regusto que es tan típicamente japones (con el permiso de David Cronenberg por supuesto). Pero no os llevéis a engaño, Henge es una historia de amor y superación en que una pareja, sobre todo Keiko, ha de sobreponerse a algo tan extremo como esa conversión monstruosa.

El debutante Hakime Ohata sabe manejar el bajísimo presupuesto de la película para darle un desarrollo y enfoque que hace que este peculiar acercamiento a la historia de amor no resulte para nada ridículo y que tenga ese estilo “de antaño” que llega a enganchar a los que gustamos de este tipo de producciones. Bien es cierto que para los no acostumbrados pueda parecer cutre o poco afortunada, eso es cuestión de gustos.

Henge es una experiencia filmica muy agradable, con una premisa curiosa y un desarrollo interesante, que gustará a los que gusten de los cánones del cine japones un poco más underground.

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