Hoy comenzamos nuestros “Espetos con Kimchi”, la crónica asiática del Festival de Cine Fantástico Universidad de Málaga, Fancine 2011, en donde os iremos presentando (casi) todo lo que dio de si asiaticamente hablando el festival malagueño. Hoy nos centramos en el 3D y algunos thrillers bien curiosos e interesantes. En próximas entregas surtido de superhéroes variados y lo más coreano del fantástico coreano. Buen provecho.

Child’s Eye

Hong Kong/China, 2010.
Dirección: Oxide Pang, Danny Pang.
Intérpretes: Rainie Yang, Elanne Kwong, Shawn Yue, Ka Tung Lam, Jo Kuk.
Duración: 97 min.

Los Pang vuelven a la escena del cine de terror esta vez con el honor de realizar la primera película de género en 3D de la industria de Hong Kong, aunque según todo lo que habíamos leído en diferentes medios no había que esperar gran cosa, la verdad que ha sido duramente criticada y poco bueno se había escuchado de ella. Pero si algo considero que saben hacer los Pang es darnos grandes momentos de tensión aunque sea dentro de películas mediocres, y esto resultó ser Child’s Eye.

Partimos de un guión típico y casi ridículo, con un grupo de jóvenes hongkoneses de vacaciones en Tailanda que viéndose envueltos en las revueltas del país se ven atrapados en un hotel de mala muerte. La película se llena de cliches, arquetipos del cine de terror, niños con miradas fijas que dan mala espina, situaciones inverosímiles (hay una revuelta en la calle, pues metámonos en todo el barullo a ver que pasa) y por supuesto fantasma vengativo que casi por casualidad encuentra a nuestros protagonistas. El guión es previsible y poco apetecible, pero los Pang dan alguna pincelada tirando de seres extraños (en este caso perrunos) y una mezcla de mundo real y ensoñaciones realmente atrayentes en algunos momentos. Además saben crear la atmósfera adecuada para el sobrecogimiento y a pesar de verlas venir, no podemos evitar la tensión.

La atmósfera se refuerza con la tecnología 3D, muy bien utilizada en la potenciación de la profundidad de campo aunque con momentos muy tontos. El 3D también es clave en los grandes momentos de tensión de la película y aunque no es brutal, si que es efectivo.

Ya lo decía en un principio, desde la escena del ascensor de The Eye considero a los Pang maestros en el mantenimiento de la tensión en momentos clave (aunque la película en general no sea nada del otro mundo), sostener una escena en la que sabes que algo hay pero el personaje principal ha de mantenerse ahí, sea escondido sea inocente ante lo que se le avecina. Esta película tiene muchos de esos momentos, momentos donde los Pang juegan con la tensión de manera exagerada, ya que en el terror hay que saber jugar con las expectativas del publico y cogerlas, o romperlas, para dar el susto o la descarga de adrenalina en el momento justo. Muchos de los sustos y situaciones de Child’s Eye son previsibles, estas esperando que los Pang te la den en cualquier momento, y esa tensión es la gracia de la película, y cuando te la dan suele ser de manera contundente. Hay 2 o 3 momentos en la película donde el ritmo es simplemente brutal, donde no se da tregua al espectador a base sustos, situaciones sobrecogedoras y atmósfera asfixiante. Pero como suelen hacer también los hermanos hacia el final se pierden en explicaciones, bajan el ritmo y se centran en moralinas y finales “felices” que provocan un anticlimax final que no es realmente nada atrayente.

En definitiva esta no es una buena película, pero el gran uso del 3D y la tensión que puede llegar a provocar si vamos con ganas de sustos y nos dejamos llevar merecen su visionado. Eso si, vista en nuestra casa con una copia en 2D seguramente pierda casi todo el efectismo y nos quede solo lo malo, asi que fuera de los circuitos de Cine en 3D seguramente no diga mucho, la pena es que no podréis verla en estas condiciones si no es en algún festival (porque dudo que alguien la estrene en España en cines y menos en 3D). Aprovechad si tenéis la oportunidad.

Harakiri: Death of a Samurai

Japón, 2011.
Director: Takashi Miike.
Intérpretes: Ebizo Ichikawa, Eita, Hikari Mitsushima, Naoto Takenaka, Munetaka Aoki.
Duración: 126 min.

El pasado año el director japonés Takashi Miike encandiló al público con su «13 Asesinos», remake de la película homónima de 1963. Cualquiera que me conozca sabe lo crítico que soy con esa película, ya lo comente en las crónicas de Sitges del pasado año pero es que cada día soy más radical con mi opinión sobre la misma, y es que la comparación (realmente el gran problema de los remakes) es la que hace que la de Miike sea una burda copia mal hecha de aquella, con casi ningún merito cinematográfico propio salvo los técnicos. Pero no quiero hablar aquí de eso sino de como Miike ha vuelto a remakear un clásico el Chanbara, nada más y nada menos que «Harakiri» (considerada entre las mejores cintas de samuráis de las historia), y ha salido no solo airoso, sino consagrado, esta vez si, como uno de los grandes directores japoneses de la actualidad.

Harakiri gira en torno a Hanshiro, un samurái venido a menos que llega a la residencia de un poderoso clan con la intención de terminar con su vida llevando a cabo el ritual del Harakiri. El líder del clan intenta disuadirlo contándole la trágica historia de Motome, un joven que, poco tiempo atrás, llegó a ese lugar con las mismas intenciones. Antes del ritual Hanshiro pide contar su historia y resulta que Motome estaba íntimamente relacionado con ella.

Tomar un clásico entre los clásicos del cine japonés y hacer una nueva versión tiene sus peligros, más viniendo de alguien capaz de lo mejor, pero también de lo peor, como es Takashi Miike. Pero como decía antes esta vez el director ha sabido alejarse de excentricidades y ha construido un chanbara de corte muy muy clásico, con un ritmo lento y pausado, pero a su vez interesante en el desarrollo. Miike realmente sigue el patrón claro y definido de la película original, llegando a crear escenas casi idénticas y siguiendo un guión muy parecido, pero le ha dado un toque diferente, centrándose más si cabe en el drama familiar que acontece a Hanshiro y sus parientes y restándole importancia a la violencia en sí, que aquí queda relegada a unas escenas casi sin importancia, al contrario que en la película original donde el objetivo era ver la venganza que se preveía desde el principio. Aquí la venganza es más simbólica, sin basarse tanto en la violencia, aunque en el fondo el objetivo es el mismo.

Técnicamente la película es más que competente, pero competir con ese glorioso blanco y negro que elegía acertadamente Kobayashi para su película era realmente complejo. El director decide entonces experimentar con el 3D, pero eso ha sido un relativo desatino ya que esta tecnología aporta muy poco a la película, excepto en la preciosa escena de la nevada, y la incomodidad de las gafas mezcladas con los subtítulos externos hacía que muchos hubiésemos deseado simplemente una copia en 2D. En el apartado interpretativo todo ha estado muy correcto, particularmente me ha gustado mucho Ebizo Ichilawa dando vida a Hanshiro. Era muy difícil encarnar a alguien como Nakadai en este papel, pero a pesar de que Ebizo trasmite una sensación de juventud que quizás no era la adecuada creo que resuelve muy bien la papeleta, con dejes muy del estilo Nakadai, y eso me ha gustado mucho.

Miike ha sabido hacer una versión digna, que sin llegar a la original sigue siendo una grandísima película.

Bedevilled

Corea del Sur. 2010
Director: Jang Cheol-soo
Interpretes: Seo Yeong-heui, Ji Seong-weon, Park Jeong-hak, Baek Su-ryeon
Duración: 115 min

Jang Cheol-soo debuta en la dirección con una película cuya temática casi es ya un subgénero dentro de corea, la venganza. Aunque bien es cierto que en esta cinta la venganza viene acompañada de un fuerte grado de critica social, pero antes veamos de que va el asunto.

En primer plano nos encontramos a Hae-won, una joven urbanita que vive en Seul y que tras ciertos problemas laborales decide tomarse unas vacaciones en una remota isla de donde procedía su familia. Allí vuelve a reencontrase con Bok-nam, una antigua amiga suya que ahora vive en la isla junto a un par de hombres, su esposo y su hermano, y un grupo de mayores pueblerinos, compuesto casi en su totalidad por mujeres.

Crítica descarnada a la situación de la mujer en Corea, sobre todo en zonas rurales, aún en un segundo plano y con derechos más recortados que los hombres socialmente hablando, en esta película también se intuye una crítica a la cobardía que se da en muchos sectores sociales, donde cada cual se ocupa de sus propios asuntos y no se inmiscuye en los de los demás, aún siquiera cuando deberían intervenir por justicia o auxilio. Esta última parte se encarna en Hae-won, y marca el devenir de la historia. En la otra parte, esa primera crítica de la que hablo, esta Bok-man, joven pueblerina quien vive con su hija con un marido frío y bruto, un cuñado que abusa de ella y un grupo de mujeres que la explotan y maltratan, dependiendo psicológicamente de los hombres de la isla.

En un ambiente como el que se nos presenta, lleno de abusos, donde aprendemos a odiar a los diferentes personajes, se masca la tragedia, y cuando esta llega lo hace de una manera casi natural pero igualmente brutal, descarnada y con toques de humor negro que nos harán disfrutar de la misma. Como punto negativo esa propensión coreana a los finales alargados e inverosímiles, que en esta película llega un poco a cansar al espectador. Si hubieran cortado un poco antes la película sería casi redonda.

Decir a titulo personal que el póster y el tráiler no le hacen justicia, dando a entender cosas que quizás no son ya que en la mezcla de drama rural y venganza descarnada es donde está la clave de la película.

Midnight FM

Corea del Sur, 2010.
Dirección: KIM Sang-Man.
Intérpretes: Soo Aae, Yoo Ji-tae, Ma Dong-seok, Jeong Man-sik, Kim Min-gyu, Jo Seok-hyeon.
Duración: 104 min.

Si algo ha predominado en los últimos años en la escena coreana son los thrillers oscuros y con Psicópata incluido, thrillers que han despuntado en la escena nacional e internacional con numerosas variaciones y siempre una buena factura y calidad. Desde el tremendo éxito de “The Chaser” en 2008 pasando por producciones como “The Man From Nowhere” o “I Saw The Devil” no hay duda que el psicópata gusta en corea, o al menos vende.

En este caso la situación se centra en Seon-Yeong madre soltera que decide mudarse a estados unidos para poder tratar mejor a su hija muda. Seon también es una popular locutora de radio del programa Midnight FM. Durante la emisión de su último programa recibe la llamada de un hombre que afirma tener como rehén a su familia y que quiere ir dándole instrucciones durante el programa.

Sobre esta base se monta un juego del gato y el ratón donde destacan las interpretaciones, con un grandisimo papel de Yoo ji-tae como el psicópata de turno, no obstante Yoo ya tiene experiencia en este tipo de papeles y siempre ha sido muy efectivo en ellos, y de Soo Aae como la locutora de radio. Soo Aae es quizás menos conocida en la escena internacional pero todo aficionado a los dramas coreanos la recordará por su papel el Athena, el spin-off e la conocida Iris, además de por su papel en Sunny. Por si esto fuera poco la niña también hace un papel más que correcto, sabiendo transmitirnos con ninguna palabra y mención también al aparentemente simple pero creo que adecuado papel del fan de la locutora.

Si las interpretaciones son buenas, no lo podía ser menos el apartado técnico, aunque esto no es realmente una sorpresa en corea, donde este aspecto suele cuidarse en gran medida. El guión, aunque un poco predecible y muy cerrado en el final, funciona correctamente. La primera parte de la película me gustó más que la segunda mitad, o se el royo extorsión en directo a través de las ondas me atraía más que la parte posterior, pero el conjunto es más que correcto.

Sin ser el mejor thriller que ha salido de corea la película funciona y esta realmente bien.

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