Continuamos con nuestro repaso a todo lo que dió de si, asiaticamente hablando, el Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, Cinema Sitges 2011. En esta entrega, que llega con algo de retraso debido a cuestiones ajenas a nuestra voluntad, os acercamos algunas películas que en mi opinión están entre lo mejor del festival. Como no Harakiri de Takashi Miike y 2 gratas sorpresas, Revenge y Milocrorze. También hay una decepción, Invasión of Alien Bikini. La que completa el quinteto es Vampire, la aventura occidental de Shunji Iwaii.

Harakiri: Death of a Samurai

Japón, 2011.
Director: Takashi Miike.
Intérpretes: Ebizo Ichikawa, Eita, Hikari Mitsushima, Naoto Takenaka, Munetaka Aoki.
Duración: 126 min.

El pasado año el director japonés Takashi Mike encandiló al público con su «13 Asesinos», remake de la película homónima de 1963. Cualquiera que me conozca sabe lo crítico que soy con esa película, ya lo comente en las crónicas de Sitges del pasado año pero es que cada día soy más radical con mi opinión sobre la misma, y es que la comparación (realmente el gran problema de los remakes) es la que hace que la de Mike sea una burda copia mal hecha de aquella, con casi ningún merito cinematográfico propio. Pero no quiero hablar aquí de eso sino de como Miike ha vuelto a remakear un clásico el Chanbara, nada más y nada menos que «Harakiri» (considerada entre las mejores cintas de samuráis de las historia), y ha salido no solo airoso, sino consagrado, esta vez si, como uno de los grandes directores japoneses de la actualidad.

Harakiri gira en torno a Hanshiro, un samurái venido a menos que llega a la residencia de un poderoso clan con la intención de terminar con su vida llevando a cabo el ritual del Harakiri. El líder del clan intenta disuadirlo contándole la trágica historia de Motome, un joven que, poco tiempo atrás, llegó a ese lugar con las mismas intenciones. Antes del ritual Hanshiro pide contar su historia y resulta que Motome estaba íntimamente relacionado con ella.

Tomar un clásico entre los clásicos del cine japonés y hacer una nueva versión tiene sus peligros, más viniendo de alguien capaz de lo mejor, pero también de lo peor, como es Takashi Miike. Pero como decía antes esta vez el director ha sabido alejarse de excentricidades y ha construido un chanbara de corte muy muy clásico, con un ritmo lento y pausado, pero a su vez interesante en el desarrollo. Miike realmente sigue el patrón claro y definido de la película original, llegando a crear escenas casi idénticas y siguiendo un guión muy parecido, pero le ha dado un toque diferente, centrándose más si cabe en el drama familiar que acontece a Hanshiro y sus parientes y restándole importancia a la violencia en sí, que aquí queda relegada a unas escenas casi sin importancia, al contrario que en la película original donde el objetivo era ver la venganza que se preveía desde el principio. Aquí la venganza es más simbólica, sin basarse tanto en la violencia, aunque en el fondo el objetivo es el mismo.

Técnicamente la película es más que competente, pero competir con ese glorioso blanco y negro que elegía acertadamente Kobayashi para su película era realmente complejo. El director decide entonces experimentar con el 3D, pero eso ha sido un relativo desatino ya que esta tecnología aporta muy poco a la película, excepto en la preciosa escena de la nevada, y la incomodidad de las gafas mezcladas con los subtítulos externos hacía que muchos hubiésemos deseado simplemente una copia en 2D. En el apartado interpretativo todo ha estado muy correcto, particularmente me ha gustado mucho Ebizo Ichilawa dando vida a Hanshiro. Era muy difícil encarnar a alguien como Nakadai en este papel, pero a pesar de que Ebizo trasmite una sensación de juventud que quizás no era la adecuada creo que resuelve muy bien la papeleta, con dejes muy del estilo Nakadai, y eso me ha gustado mucho.

Miike ha sabido hacer una versión digna, que sin llegar a la original sigue siendo una grandísima película.

Invasión of Alien Bikini

Corea del Sur, 2011.
Director: Oh Young-doo.
Intérpretes: Ha Eun-jung, Hong Young-geun.
Duración: 75 min.

Teniendo en cuenta el título de esta película, que dura 75 minutos escasos y sus tremendos 10 primeros minutos uno puede pensar que se encuentra ante una trepidante bizarrada de serie b con acción, humor y quizás algo picantona, pero nada más lejos de la realidad, y es que de la anterior descripción solo podéis quedaros con «bizarrada de serie b», todo lo demás es solo un espejismo.

Young-gun parece un chico apocado, pero en realidad es solo una máscara para esconder sus andanzas nocturnas como justiciero urbano. Una noche rescata a una chica de un grupo de maleantes. La joven, en realidad un extraterrestre con intención de procrear en nuestro planeta que es perseguido por los que aparentemente eran maleantes, quiere recompensar a Young-gun por la gesta, pero todas sus dotes de seducción serán inútiles ante el voto de castidad de este.

¿Y como puede ser que una película de 75 minutos resulte lenta? esa es la gran pregunta que aún me hago con respecto a «Invasión of Alien Bikini». Como ya he comentado su inicio es realmente tremendo, con acción, unas coreografías nada desdeñables, humor e incluso publicidad, momentos que hicieron despuntar la carcajada general. Pero luego, el «juego de seducción» entre el la dama y nuestro héroe se vuelve irregular, por momentos lento y aburrido, más digno en velocidad del cine costumbrista que de una cinta con semejante comienzo. Se mantienen los toques de humor si, pero la película se vuelve rara, muy rara, con una mezcla de estilos nada acertada, con un ritmo muy irregular y tendente a un final paranoico que no me dejó ningún tipo de marca. Salí del cine pensando que le sobraba metraje, y eso en 75 minutos no es buena cosa. Luego uno ve que la película se encontraba dentro del «Noves Visions», cuna de cine de autor y experimentos cinéfilos bastante extraños, y se lo puede explicar.

No niego el mérito de Oh Young-doo en haber rodado esto con un presupuesto ínfimo, buscando soluciones ingeniosas, mezclando géneros de esta manera para generar algo realmente raro y para más de uno quizás atrayente. Pero no le perdono ese ritmo regulero, aburrido en algunos momentos, ese aparente engaño en el comienzo de la cinta… Creo que el director aún debe evolucionar en homogeneizar las diferentes partes de sus películas y darle más regularidad al ritmo.

Milocrorze: A love story

Japón, 2011.
Dirección: Yoshimasa Ishibashi.
Intérpretes: Takayuki Yamada, Maiko, Anna Ishibashi, Seijun Suzuki, Mieko Harada.
Duración: 90 min.

Tanto esta película como «Invasión of Alien Bikini» la vimos en una minimaratón que empezaba a las 1 de la madrugada, siendo esta la segunda de ambas. Después de decepcionarme tantísimo con la anterior está me asustaba ya que tenia pocas referencias de la misma, pero resulto ser una de las grandes sorpresas y realmente me lo pase genial con esta mezcla de historias en torno al amor.

Milocrorze, que da nombre a la película, es una bella chica de la que se enamora el joven de nombre impronunciable en el primer corte de la cinta, historia que abre y cierra nuestro peculiar recorrido por el amor más bizarro. Este corte se presenta con un fuerte estilo visual (que continuará durante el resto de la película con sus diferentes formas) y unos colores muy de cuento, un espectáculo para los sentidos mientras seguimos los devenires de nuestro joven protagonista y su amor por Milocrorze. A partir de aquí la historia ya se desmadra enormemente, saltando al personaje (que podría estar llamado a quedar en el imaginario de culto de haber aparecido en un largo de alto presupuesto) de un consejero juvenil, como Austin Powers pero pasado de vueltas, que ayuda a los muchachos a ligar a ritmo de musical y acompañado de bellas damas, deliro asegurado. En cierto punto la historia choca, literalmente, con la de un joven samurái que busca a su amada secuestrada, empezando una serie de delirantes flashbacks y desarrollos que mezclan de forma inverosímil comedia romántica, drama de época, cine de yakuzas y acción samurái, pero que generan interés, carcajadas y un ritmo realmente bueno, que falla un poquito en alguna parte pero que no envilece el resultado. Destacable el tremendo plano secuencia de lucha en el burdel mezclando cámaras rápidas y lentas y que me dejo con la boca abierta (a pesar de que la sangre digital sigue siendo un poco cutre).

Yoshimasa Ishibashi crea una colección colorista, llamativa y que mezcla géneros de manera super loca, siempre orientados al humor, pero con un resultado realmente bueno, aunque hay que pillarle el punto (entiendo que este tipo de humor pueda ser rechazado de plano por más de uno). Mención aparte hay que hacer de uno de los pilares del film, Takayuki Yamada, actor que despuntó (como algunos otros) en «Crows Zero» y que aquí da rienda suelta a todos los personajes principales de todas las historias (excepto el primer corte de Milocrorze) de una manera fluida, divertida y muy personal. Después de esto lo considero ya todo un actor de primera fila.

Vampire

Estados Unidos/Canadá, 2011
Director: Shunji Iwai
Intérpretes: Kevin Zegers, Keisha Castle-Hughes, Rachael Leigh Cook, Kristin Kreuk, Amanda Plummer
Duración: 120 min. aprox.

El personal director Shunji Iwai se traslada a Canadá para grabar esta curiosa película «de vampiros» fuera de todos los arquetipos vistos hasta la fecha, y es que no es un sangriento film de terror como cabría esperar por ser Sitges como es, sino más bien un drama muy natural y casi contemplativo del devenir de este hombre que hace lo que cree que debe hacer para sobrevivir.

Simon Wade es un joven profesor que se dedica a buscar jóvenes en webs que hablan de suicidios para convencerlas de suicidarse juntos con la intención real de matarlas y poder guardar su sangre para beber.

Con sus puntos buenos y sus puntos flacos, esta historia se desarrolla con un ritmo lento, tomándose su tiempo, en planos estilistamente muy interesantes y de gran belleza que denotan el fuerte estilo visual que gusta dar Iwai a sus producciones, con una narrativa muy personal. Además el director se encarga de la fotografía e incluso de la banda sonora, así que todo en la película es realmente muy suyo. El argumento pasa suavemente, con un desarrollo natural pero lleno de cierto simbolismo. En el apartado interpretativo los actores cumplen con su función aunque quizás Zegers no llegue a tener un carisma especialmente intenso en pantalla.

En fín, no me enrollaré mucho más con esta cinta. He de reconocer que se ha desvanecido relativamente rápido de mi memoria, pero no por mala o desechable, sino porque quizás no me impactó o las propias circunstancias que tuve la verla en el festival no fueron del todo propicias. Me quedo con el estilo visual y narrativo y con ciertas partes del desarrollo que me parecen muy interesantes y atractivas.

Revenge: A love Sitory

Hong Kong, 2010.
Director: Wong Ching-po
Intérpretes: Juno Mak, Sola Aoi, Lau Wing, Chiu Siu Ho, Wong Shee Tong
Duración: 92 min.

La productora «852 Films» se está convirtiendo en abanderada de la nueva ola de CAT III que se está produciendo en Hong Kong, y es que no sabemos que le habrá dado a Josie Ho, fundadora de la compañía y protagonista y productora de su primera película «Dream Home», para adentrarse en estas lindes, pero ahora ha tomado a Wong Ching-po y el resultado es una una película realmente curiosa.

Kit es un asesino peligroso que no tiene compasión alguna a la hora de matar policías (e incluso a las esposas de estos). La policía piensa en un asesino en serie peor realmente todo es una venganza que pronto empezarán a hilar los implicados.

Historia contada a modo de flashbacks, el director sabe perfectamente dosificar la tensión y mezclarla con acción y sangre en una trama muy bien llevada y mejor rodada. La fotografía y los planos son realmente impresionantes, nada comunes en una producción de estas características, muchas veces llenos de un simbolismo más que interesante. Además los filtros tonales utilizados son muy acertados, con un color ligero y suave que casi parece rozar el blanco y negro en algunos momentos. La historia guarda muy bien sus bazas, pero como en toda buena película Hongkonesa hacia el final se prima el impacto a la verosimilitud y se toman ciertas licencias en pos de la historia, licencias que pueden perdonarse hasta cierto punto (ya que el guión roza lo fantástico) pero que ya el final a mi no me gustó nada, no el final en sí, sino como se desarrolla.

Pero a pesar de sus pequeños flecos la película me pareció muy buena, con escenas realmente memorables y un manejo de los planos y la cámara muy bueno. Además Juno Mak, protagonista, me parece muy propio en su papel.

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